El CD Tenerife tira de orgullo y vuelve a ganar en el Heliodoro
2-1: los de Cervera siguen compitiendo con amor propio y le dan otra pequeña alegría a los más de 12.000 espectadores que acudieron al Heliodoro.
San Acosta
Santa Cruz de Tenerife
Frío, lluvia, tarde desapacible, y un CD Tenerife condenado al descenso no invitaban a acudir al Heliodoro Rodríguez López a pesar del cartel que siempre tienen los enfrentamientos ante el Cádiz. Con el club proa al marisco y sus dirigentes en la cueva, el mérito fue para los más de 12.000 aficionados que decidieron asistir al recinto capitalino en una tarde que invitaba al sofá y manta y que acabaron aplaudiendo a su equipo por otra muestra de profesionalidad. Con tres novedades en el once (David, Luismi y Maikel), se plantó el Tenerife en el verde y nada más ponerse en juego el encuentro tuvo la primera con un latigazo al palo de Yan Bodiguer (1'). Inició muy activo el choque el cuadro de Cervera, que le metió ritmo y picante desde el pitido inicial. Más metido el Tenerife que carburaba a mejor nivel, con David y Waldo dando trabajo a la defensa del Cádiz, que no reaccionaba. Hasta el minuto 24, que una falta lateral de Luismo Cruz fue desviada por Alcaraz que lo introdujo en su propia portería para el uno a cero y hacer justicia con el mejor propósito del conjunto local. De ahí al descanso, poco del Cádiz y algo de sesteo del CD Tenerife, que se marchó al vestuario sospechando que le tocaría sufrir en la segunda mitad.
Tocaba bajar al barro
Lo que estaba claro era que el equipo andaluz iba a subir el nivel de juego y de presión para ir a por el empate, y así fue, además con dos tarjetas amarillas para Waldo y Sergio en los primeros diez minutos. Sufría el Tenerife, lo que intentó atajar Álvaro Cervera haciendo los primeros cambios con Aarón Martín y Cantero que fueron los primeros refuerzos desde el banquillo. El dominio del Cádiz era total, aunque afortunadamente sin llegar a generar peligro sobre la meta de Édgar Badía, pero se presumían minutos de agonía para el Tenerife. No obstante, el empuje cadista no se veía reflejado en acoso y derribo y eso permitía mantener la ventaja, lo que aprovechó el técnico blanquiazul para introducir a Enric Gallego y buscar más incomodidad para la zaga amarilla. Pero en el minuto 78 iba a igualar el Cádiz de penalti tras derribo de Aitor Sanz a Ontiveros, que acabó convirtiendo Álex Fernández engañando a Badía. No iba a terminar la tarde mal, ya que solo seis minutos después una cabalgada de Waldo Rubio iba a asistir a Enric que fusiló la portería rival con rabia y acierto para el dos a uno. Un triunfo que, tal vez, no dé, pero que reconforta ver cómo se bate el cobre este Tenerife de Cervera.