El CD Tenerife se empeña en seguir vivo y hace crecer la fe a su hinchada

Santa Cruz de Tenerife

Para el CD Tenerife era el nuevo intento de ganar dos partidos seguidos en casa, aparte de seguir con vida en la categoría; para el Granada la posibilidad de dormir en zona de playoff en sus aspiraciones de pelear por el ascenso entre el ramillete de candidatos a lograr el premio final. Y fue el Tenerife el que acabó con otra demostración de coraje y fe para remontar y auparse a la victoria. Cervera sorprendió dando a Ángel la titularidad, mientras, en el Granada Loic Williams estuvo inicialmente en el banquillo y Escribá colocó a sus piezas más desequilibrantes arriba, con Lucas Boyé, Trigueros, Rebach y Stoichkov. Y salió a por todas el Granada, pero pronto el Tenerife se puso al nivel del rival y empezó a jugar a buen ritmo. Muy pareja la primera parte, pero con un detalle que la rompe: el penalti claro de Mellot que provocó el lanzamiento y gol de Boyé que batió a Badía. No era inferior el equipo blanquiazul, sin embargo se marchó al vestuario perdiendo y con dudas porque sabía que no podía permitirse no sumar de tres ante el cuadro andaluz dada su precaria situación.

Reacción tras el descanso

Volvió poderoso el Granada desde la caseta y estuvo cerca de marcar el segundo gol, pero el que dio el golpe bueno fue el equipo de Cervera, que empataba en el minuto 53 con un disparo duro de Yan Bodiguer que desvió Manu Lama para introducirlo en propia meta. Partido nuevo y ánimos renovados en el Heliodoro para el rato de fútbol que quedaba. En el minuto 75 se iba a quedar el Granada con unos menos por roja directa a Manu Lama en una falta al límite del área, que tras revisión VAR se decidió falta y no penalti. El caso es que el lanzamiento de Luismi Cruz fue un misil que Mariño no pudo desviar y entró como un cohete para la exaltación de los 11.900 espectadores asistentes al Heliodoro. Tras siete minutos de añadido y unas gotas de sufrimiento, se celebró por todo lo alto la victoria y cómo cada vez más hay más creyentes que se suben al carro de la fe y del ¿por qué no?