El La Laguna Tenerife, a la conquista de Atenas
La capital griega recibe al club aurinegro en su intento de ganar su tercer título europeo. Galatasaray, Unicaja de Málaga buscan sobrevivir al infierno del Sulne Arena junto al anfitrión AEK.
Aficionados del AEK en un partido en el Sulne Arenas de Atenas, sede de la F4 de la Basketball Champions League. / EUROKINISSI
Atenas
Atenas se despierta este viernes 9 de mayo con calor - máximas de 30 grados a mediodía- y el bullicio habitual de una urbe de más de 4 millones de habitantes. Pocos dirían que en unas horas cuatro clubes se van a disputar el cetro europeo de la tercera competición continental de basket, pese a la enorme tradición cestista de la capital griega y del propio país. A la sombra de Olympiacos y Panathinaikos, el AEK de Atenas es, sin embargo, un equipo con miles de hinchas por todo el país, y con una fiel legión de más de 9.000 seguidores que hacen del Sulne Arena (Ano Liossia Olympic Center), una caldera típica de los clubes griegos, tanto en fútbol como en baloncesto.
El AEK de Atenas ejercerá de anfitrión en esta Final Four de la BCL.
El AEK de Atenas ejercerá de anfitrión en esta Final Four de la BCL.
El ambiente y la atmósfera caliente esta, por tanto, garantizado, con una menor presencia turca de aficionados del Galatasaray -unos mil-, y apenas unos 400 entre canaristas y malagueños. Los altos costes de un desplazamiento que se va por encima de los 1.700 euros, entre alojamiento, traslados y comidas, han ahuyentado a más afición española, que será clara minoría en el pabellón heleno. Otra de las dificultades logísticas radica en los movimientos internos en Atenas, con un Sulne Arena a unos 20 kilómetros del centro y en la zona norte de la capital con menos opciones de transporte público para acceder al escenario de la Final Four.
Marcelinho Huertas. / Mikus Klavins
Marcelinho Huertas. / Mikus Klavins
La FIBA además ha instalado a los cuatro participantes en un hotel justo en la terminal de llegadas del Aeropuerto, a 30 kilómetros de la sede de los partidos, llamando la atención la ausencia esta vez de una Fan Zone para congregar a las aficiones, consciente la organización de que no tendría mucho éxito en el centro de la ciudad y por razones de seguridad en el suburbio donde se encuentra el recinto deportivo que acoge la cita. Sea como sea, y después del tiro fallido de Begrado la edición anterior con un Belgrado Arena inmenso que apenas congregó a un 20% del aforo del macropabellón serbio, una cosa hay segura aparte de la incógnita del ganador final: habrá un extraordinario clima de baloncesto marcado por una de las aficiones más efervescentes y calientes del deporte mundial.
