Liderazgo o sumisión, esa es la cuestión

Arrecife

Coalición Canaria celebra el próximo fin de semana su congreso insular de Lanzarote. Es el momento de definir un nuevo liderazgo en el partido. Es lo que hacen los partidos en sus congresos, elegir o renovar liderazgos. De eso se trata. Bueno de eso se trata casi siempre. Y en este caso es de esos en los que parece que el congreso no tiene por objeto ni buscar un nuevo liderazgo ni reforzar el existente, si nos atenemos a los movimientos que se han venido dando estas dos últimas semanas.

Hace dos años, después de ganar las elecciones al Cabildo por un estrecho margen de 69 votos de diferencia, el propio Oswaldo Betancort se pavoneaba diciendo que sería el próximo secretario insular, al acabar muy contrariado con lo que él llamaba falta de ilusión de la organización a la hora de trabajar a favor de su campaña.

Otros daban por hecho que Migdalia Machín podría seguir al frente del partido con su templanza contemplativa de dejar hacer/ dejar pasar, donde estaba dispuesta a sacrificarse para que todos tuvieran cubiertas sus aspiraciones de una forma razonable.

Oswaldo en estos dos años ha podido comprobar que en la organización su forma de hacer política no gusta. Sabe que presentarse al cargo tiene más riesgos que certezas y, por eso, no se atrevió a cumplir su palabra de quedarse con el partido si ganaba el Cabildo.

Tampoco le salió bien intentar que todo siguiera como estaba, con Migdalia al frente. Que tampoco le salió porque Migdalia no está ya para apagafuegos y prefirió irse por la puerta grande que quedarse para recibir las presiones y recomendaciones de Oswaldo por la puerta de atrás.

Y pasó lo que algunos sabíamos que iba a pasar si se daba la oportunidad. Efectivamente, desde el mismo momento que Migdalia anunció su ida, Pedro San Ginés anunció su candidatura.

Pedro conoce la organización, tiene un enorme predicamento entre sus afiliados y, a pesar de todas las polémicas que alimentó, tiene una imagen de gestor que se echa muy en falta ahora en tiempos de las cortinas de humo y los saboreas millonarios.

En los primeros movimientos, ya ha conseguido un aval increíble, que le deja con muchas opciones de salir elegido. El movimiento de los Oswaldistas ha sido presentar la candidatura de Samuel Martín, un político joven y prometedor que ha aceptado la invitación envenenada de encabezar un movimiento que no tiene como objetivo convertirle en el líder de Coalición Canaria sino en un subordinado del presidente en la organización.

Sería poner al partido al servicio del candidato y no al revés. Antes se decía que los partidos eran instrumentos para transformar la sociedad. Ahora les basta con que sean los instrumentos que usan los gobernantes para conquistar y perpetuarse en el poder.

Coalición Canaria en Lanzarote está necesitada de un liderazgo que recomponga su posición en los municipios en los que ha perdido protagonismo, votos y razón de ser. Y eso no se consigue con un partido hecho para recibir mandados de cargos públicos.

Para eso hace falta una ejecutiva con el liderazgo suficiente y total autonomía para decidir qué quieren hacer y cómo quieren hacerlo para que Lanzarote encuentre respuesta a sus problemas. Y visto como está planteado este congreso parece que solo hay un candidato para liderarlo en estos momentos.

Aun así, habrá que esperar a este fin de semana para saber si la voluntad es que haya liderazgo o les basta con beneficiarse a lo grande de la fiesta que tienen montada.