Cien cadáveres en un sótano: este es el lugar donde la muerte socorre a la vida
El depósito de cadáveres de la Universidad de La Laguna está al límite, con casi cien cuerpos donados gracias a una maquinaria perfectamente engrasada. Son cuidados con extrema dignidad, pero ya no caben más

Cadena SER
Santa Cruz de Tenerife
Casi cien personas embalsamadas o congeladas descansan dentro de una nevera gigante en el sótano de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna. Son personas generosas que han legado su cuerpo para que los futuros profesionales de la medicina estén mejor preparados. Un grupo de profesores conversa con Herminia Pérez sobre la pertinencia de utilizar los hombros de uno de ellos para las prácticas de anatomía. Al paisano parece no importarle demasiado. La muerte lo relativiza todo. La piscina de formol, donde flotaban hace años los cadáveres, ha desaparecido; en su lugar hay un depósito muy frío y menos peliculero, aunque igualmente impactante.
-Pueden usar los hombros, pero hay que comunicarlo siempre primero, -zanja Herminia, segura de sí misma y velando siempre con enorme respeto por la dignidad de sus cien difuntos-. Los cuida como si fueran suyos. Lleva más de treinta años vinculada al área de anatomía y embriología humana de la Universidad de La Laguna, donde ejerce como profesora titular y directora del departamento de Ciencias Médicas básicas. Parece que hay días en los que habla más con los muertos, que con los vivos.

Aula de práticas de la Facultad de Medicina de la ULL / Cadena SER

Aula de práticas de la Facultad de Medicina de la ULL / Cadena SER
Desmontando mitos sobre la donación de cuerpos
No existen cuerpos de migrantes sin familia, ni tampoco de ancianos abandonados. Los donantes ceden su cuerpo en vida voluntariamente, y una vez fallecidos, se entrega al departamento para la docencia e investigación. "No tenemos otra vía, tiene que ser la persona que voluntariamente viene a la Universidad y se dona en vida", aclara Herminia. La Universidad de La Laguna cuenta con cien cuerpos de donantes, veintitrés crio conservados y setenta y siete embalsamados. El servicio de anatomía y embriología humana es el responsable final de su gestión.

Fregaderos de la sala de prácticas de cadáver / Cadena SER

Fregaderos de la sala de prácticas de cadáver / Cadena SER
Es un acto voluntario, personal y altruista que siempre se realiza en vida, mediante el cual, la persona cede su cuerpo después de la muerte. "Todos nuestros donantes han manifestado tal deseo y compromiso, previa petición a un centro oficial de enseñanza o investigación, es decir, a nuestra Universidad", explica Herminia. Es una práctica estrictamente regulada que requiere una serie de trámites y procedimientos específicos garantizando un uso legítimo y ético.

Acceso a la sala de disección de la Faculta de Medicina de la ULL / Cadena SER

Acceso a la sala de disección de la Faculta de Medicina de la ULL / Cadena SER
La práctica con estos cadáveres está regulada por el Decreto 132/2014, de 29 de diciembre, de sanidad mortuoria. Cuando se hace la donación, se les proporciona un carnet de donante, así como la información necesaria y datos de contacto cuando se produzca el fallecimiento. "La donación es, por lo tanto, de gran beneficio docente e investigador y permite facilitar a los alumnos la realización de prácticas, una formación continuada y el desarrollo de cursos altamente especializados para profesionales de la sanidad", añade Pérez.
El destino: embalsamados o congelados
Hay dos vías de conservación de los cuerpos: por crio conservación a dieciocho grados bajo cero y por embalsamamiento (solución de conservación con sustancias como el formaldehído), manteniendo en todo momento oculta la identidad de las personas donantes. Los cuerpos crio conservados se encuentran individualmente en un estado de congelación. En cambio, por embalsamamiento, permanecen refrigerados individualmente entre cuatro y seis grados.
"Los cuerpos, mientras están en nuestras dependencias, son revisados por el personal especializado y el profesorado del Área para controlar que están en buenas condiciones de conservación, y no ha habido ninguna incidencia", explica Herminia. El cadáver más antiguo tiene siete años, y el más joven tan solo un mes. Sin embargo, aquí dentro el tiempo es bastante relativo.

Juan Manuel Toledo y Herminia Pérez en el depósito de cadáveres / Cadena SER

Juan Manuel Toledo y Herminia Pérez en el depósito de cadáveres / Cadena SER
¿Qué se hace cuando un cuerpo ya no es útil? Según la normativa, el fin último de cualquier fallecido es el enterramiento o la incineración. "Para nosotros, al emplear sustancias conservadoras que evitan la descomposición natural del cuerpo, optamos por la incineración individualizada de todos nuestros donantes y posteriormente entregando sus restos o cenizas a los familiares, si así lo dejan expresado previamente", explica la responsable.
Los huesos del tingo al tango
Los cien cadáveres discurren a toda prisa, enteros o por partes, en medio de un enorme trasiego de estudiantes y profesores. Viajan a bordo de un carro que rueda por las aulas de la vetusta Facultad. Eso si, los cadáveres son tratados con extrema dignidad y delicadeza y los rostros están siempre cubiertos por un sudario. Aquí dentro resulta asombrosa la eternidad. ¿Qué son cinco minutos para un muerto? Aparentemente nada.
No obstante, esta segunda vida no es necesariamente tranquila. La actividad docente, sobre todo en el primer cuatrimestre, exige que algunos de estos cuerpos entren y salgan de las cámaras en unos cinco minutos: los huesos van del tingo al tango. Hay que aprovecharlos. Además del estudio de la anatomía, son útiles para realizar investigación o perfeccionamiento de técnicas quirúrgicas antes de realizar operaciones a personas vivas.

Sala de prácticas de cadáver / SEO Cadena SER

Sala de prácticas de cadáver / SEO Cadena SER
"Mejor que practiquen con mi cadáver a que practiquen con mis hijos vivos", zanja Juan Manuel Toledo, técnico del servicio, en un golpe de lucidez. No se puede expresar mejor. En este lugar la muerte socorre a la vida. "Hay personas vivas que lo están gracias a que los especialistas han venido aquí, han practicado el abordaje, han visto cómo afrontar la operación antes de entrar a quirófano con su paciente en un cuerpo donado y han podido ejecutar esa operación con eficacia y éxito", explica Juan.
Una nueva Facultad urgentemente
Necesitan una nueva Facultad urgentemente. "Intentamos mantener un equilibrio entre las capacidades que tenemos y el número de donantes que han formalizado su voluntad de donar su cuerpo tras su fallecimiento", explica Herminia. Es un equilibrio que depende de múltiples factores, como pueden ser el de las instalaciones, equipamientos, económicos, técnicos, sanitarios o en qué momento se produzcan los fallecimientos de los donantes.

Puerta del depósito de cadáveres / Cadena SER

Puerta del depósito de cadáveres / Cadena SER
Estos factores pueden influir tanto en un exceso como en una falta en momentos puntuales, pero en la medida de lo posible, "intentamos mantener el equilibrio garantizando unos estándares de calidad", explica Herminia. "Sería deseable poder proporcionar el mayor beneficio posible a la sociedad y a la formación médica, pero contamos con instalaciones y personal limitados, además de unos presupuestos ajustados que demarcan nuestro programa de acción", añade.
La Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna ya casi no recoge los cadáveres de personas que han dejado por escrito en sus últimas voluntades su voluntad de donar su cuerpo a la Universidad, porque no tiene espacio suficiente y dan prioridad a sus donantes de carné, es decir, los que han ido allí a donarse en vida.
No existe una Ley de Donación de cuerpos
La excelencia con la que tratan a los cadáveres en la Universidad de La Laguna se refleja también en su impulso para sacar adelante el Programa Nacional de Donación de Cuerpos (PRONADOCU). Tras el desarrollo de este plan, llegará el impulso a la Ley Nacional de Donación de Cuerpos que debe amparar a todas las universidades que ahora mismo actúan bajo legislaciones sectoriales.

Quirófano experimental / Cadena SER

Quirófano experimental / Cadena SER
Hay muchas razones que impiden donar un cuerpo, o lo dificultan. Las afecciones de salud graves, las infecciones víricas de transmisión sexual o de contacto con fluidos, el Covid en su momento o incluso la donación de órganos. Si eres donante de órganos, no puedes ser donante de cuerpo. Otra razón de peso es haber muerto en una isla no capitalina. La doble insularidad afecta tanto a los vivos como a los muertos, porque la Universidad de La Laguna no puede asumir el coste del traslado de los cuerpos de otras islas. Únicamente hay una excepción, una familia palmera que asumió el coste para trasladar el cuerpo de la donante a la Facultad.

Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...




