El Complejo Ambiental de Tenerife lidera la transformación de residuos en recursos

Santa Cruz de Tenerife

El Complejo Ambiental de Arico en Tenerife se ha convertido en un referente en sostenibilidad y economía circular en las Islas Canarias, gracias a su innovador sistema de tratamiento de lixiviados, líquidos que se generan al filtrarse agua a través de los residuos sólidos. Esta instalación se engloba dentro de la transformación global del Complejo y posicionará a la isla de Tenerife como ejemplo de sostenibilidad y circularidad.

Este Complejo, que gestiona gran parte de los residuos de la isla, ha dejado atrás el concepto tradicional de “basura” para convertirla en una fuente de recursos que minimizará el consumo de materias primas. Gracias a un sistema que combina diferentes tecnologías como la ósmosis inversa, la evaporación y la solidificación, se procesarán diariamente 300 m3 de lixiviados, generando más de 250 m3 de agua industrial reutilizable. Esta cantidad de agua es el equivalente al consumo diario de unas 780 viviendas en Tenerife, tomando como referencia el consumo medio de agua por hogar en la isla. Estas instalaciones permitirán que, dentro de los diferentes procesos que se llevan a cabo dentro del Complejo y que son demandantes en agua, sean autosuficientes, evitando un consumo necesario para otros fines.

Uno de los aspectos más innovadores del proyecto es el uso del calor residual de motores y turbinas para alimentar la fase de evaporación del proceso. Esta estrategia permite reducir notablemente el consumo energético de la planta, al aprovechar una fuente de energía que, de otro modo, se perdería. Esta eficiencia energética no solo disminuye los costes operativos, sino que también contribuye a reducir la huella de carbono del Complejo.

El proyecto, impulsado por el Cabildo de Tenerife, ha supuesto una inversión superior a los 12 millones de euros y está generando empleo cualificado, tanto técnico como operativo en la isla. La primera fase de la nueva planta de tratamiento concluyó en enero, y la segunda fase se pondrá en marcha en julio, centrada en la evaporación del concentrado. En octubre de este año, se completará la tercera fase, que inertizará los residuos sólidos restantes, cerrando así el ciclo de la gestión integral del lixiviado.

Además de los beneficios medioambientales, como la reducción de emisiones y malos olores, el proyecto mejora la calidad de vida de los vecinos de Arico, históricamente afectados por la presencia de vertederos. Esta transformación se alinea con los objetivos del Marco Estratégico Insular (MEDI), promoviendo una cadena de valor local y una mayor autonomía del sistema insular.

“Estas iniciativas reflejan el compromiso del Cabildo con la sostenibilidad, transformando residuos en recursos útiles y reduciendo el impacto ambiental en la isla”, destacó un portavoz de la UTE Nivaria, empresa adjudicataria de la gestión del Complejo.