Tiburones y Boquerones

Santa Cruz de Tenerife

Si Carla Bruni es capaz de ir a ver Sarkozy a la cárcel y si Isabel Preysler reconoce públicamente que ha aprendido a perdonar gracias a su hija Tamara (que fue capaz de empezar de cero, después de la infidelidad de Iñigo Onieva), cómo no vamos a creer a la defensora del alquiler vacacional (Doris Borrego) cuando afirma que el problema en estas islas es que “tiburones y boquerones” conviven en la misma pecera.

Para Ascav, los tiburones son las grandes cadenas hoteleras que (según la asociación) le marcan la pauta al Gobierno a la hora de legislar. Y los boquerones son todos los pequeños ahorradores que obtienen un ingreso extra, gracias al apartamento que se compraron con lo que han sido capaces de ahorrar a lo largo de los años.

Puestos a seguir con el símil, tiburones son también quienes venden en Canarias un 16% por encima del precio de mercado la poca vivienda existente, porque hay mucha demanda y porque la oferta va a la baja. Y porque en estas Islas hay un déficit de al menos 75.000 nuevos inmuebles, según ha dicho Tecnocasa.

Boquerón es “Sumar” cuando amaga con pedir la dimisión de la ministra de Vivienda y, sin embargo, sigue apoyando al Gobierno, porque si no se moriría.

Y tiburón es el PSOE cuando le espeta a Núñez Feijoó (en la sesión de control al Gobierno) que la falta de autocrítica del PP con los cribados del cáncer de mamá no es que sea de traca, es que es pura ‘poesía’.

Boquerones son también, los dos traficantes cogidos in fraganti en Tenerife con 375 kilos de hachís escondidos en un furgón, porque no habían pasado la ITV y el guardia civil que los paró no vio la pegatina.

375 kilos de hachís y te vas de cabeza al trullo por esa tontería...

Tiburón era el cerebro de la famosa “Operación Silbo” que movía cocaína.

Otro día hablamos, si quieren, de los boquerones que lo perdieron todo en la erupción de La Palma (y a los que hay que seguir ayudando) y de aquellos tiburones que pagaban el IBI por un estanque, cuando en realidad tenían piscinas.

Tiburones y boquerones no solo comparten pecera, sino que conviven en la vida.