El gallo y la gallina

Santa Cruz de Tenerife

Canarias le abre la puerta a un lunes en el que las gallinas de media España van a tener que estar bajo techo, por el miedo a que extienda la gripe aviar, aunque ya se han encargado de advertirnos desde el Gobierno que son más peligrosas las gallinas que los huevos. Así que podemos consumirlos sin ningún tipo de miedo.

La noticia me llama la atención, no solo porque en nuestro país se comen 18 millones de huevos cada día, sino porque el término gallina se asocia generalmente a la cobardía.

Su instinto las lleva a correr y a esconderse cuando perciben una amenaza. Y el peligro de meterlas bajo techo, es precisamente es que no pueden moverse en libertad.

Viene todo esto a cuento, porque podríamos decir que la gripe aviar no afecta solo al campo español, sino que ha contaminado por completo la política española. Y en estos tiempos es más importante que nunca saber quién es gallo y quién gallina.

Pedro Sánchez es gallo sí o sí, si lo que tenemos en cuenta es que quiere gobernar sin presupuestos hasta 2027... Pero es gallina, si lo que se analiza es que huye despavorido de unas elecciones anticipadas por el miedo a su caída.

Víctor de Aldama y Koldo García han sido gallos cuando nadie los veía, pero habrá que esperar a los días 27 y 28 de este mes para que ver qué cuentan en la Audiencia Nacional, sobre los negocios que hicieron en Canarias durante la pandemia. Porque resulta que, a lo mejor en esas declaraciones, les cuentan a los magistrados quien les abrió la puerta del corral.

Y lo que es más importante: si se las abrieron para lucrarse o se las abrieron por gallinas.

Gallos encontramos en el Cabildo de Gran Canaria, cuando nos enteramos de que tienen 600 millones de euros en los bancos, con la cantidad de necesidades que hay en toda la isla). Y gallos sueltos se mueven por el Instituto Geográfico Nacional, cuando insisten en que los temblores del Teide son solo boberías.

La naturaleza es tan sabia, fíjense, que nunca nos dice de antemano si de un huevo saldrá un gallo o una gallina... Y hay que esperar siempre a que nazca el pollo para calibrar su valentía.

Lo mejor es que lo vamos a ver todo sentados en primera fila.