La última entrevista a Azkargorta sobre el CD Tenerife: así recordaba uno de los momentos más importantes de la historia del club

Tenerife

Ha muerto Xabier Azkargorta, referente para el CD Tenerife durante mucho tiempo. En 2021 pasó por los micrófonos de Radio Club para comentar su paso por la isla.

En esta conversación, contaba Xabier –desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia– algunos detalles olvidados de la preparación exhaustiva que hicieron de aquella eliminatoria crucial contra el Dépor: cómo se fueron a jugar un amistoso a su pueblo contra el Lagun Onak, cómo gestionaron aquel momento de depresión colectiva hasta convertirlo en un episodio de euforia desatada en Riazor y cuál fue la estrategia que siguieron respecto a Manolo Hierro, a quien en La Coruña odiaban con todas sus fuerzas.

• ¿Fue usted el hombre de paz que hacía falta para aquel momento crucial?

Algo así. Yo creo que era un momento de mucho volcán y además se nos dio un problema importante, porque la Liga en Primera División acababa quince días antes que en Segunda. Ello suponía un importante desequilibrio en relación con el Deportivo en la disputa de la promoción. Nos quedábamos dos semanas sin competir y optamos por ir a Estella, un sitio que yo conocía bien por haber ido con el Sevilla. Además, jugamos un partido amistoso en mi pueblo, en Azpeitia, contra el Lagun Onak. Son episodios olvidados de la preparación tan minuciosa y al detalle que hicimos de aquella eliminatoria.

Fue una experiencia dura. Primero jugamos en Tenerife y el Dépor empató (0-0), así que estábamos obligados a ir a ganar en Riazor. Recuerdo que aquel Deportivo era un equipo muy potente. Fíjate los nombres, el entrenador... Por quedarnos solo con un detalle, en aquel equipo era central Martín Lasarte, ahora seleccionador nacional de Chile.

• ¿Qué recuerda de aquella eliminatoria?

La Coruña estaba toda engalanada, convencida de que iban a subir. La gente estaba muy de uñas con el Tenerife y especialmente con Manolo Hierro, porque junto a su hermano había tenido un incidente con la afición de Riazor cuando estaban en el Dépor. Es ahí donde nosotros decidimos jugar nuestras bazas. Pusimos de capitán a Manolo, le hicimos bajar solo al césped... Hubo toda una parafernalia y una estrategia para que la gente se cansara de Hierro antes incluso de salir al campo. La cuestión es que en un centro del Chapi Ferrer, que estaba cedido con nosotros por el Barça, Eduardo llegó, remató, marcó el 1-0 y ganamos. Ahí todos fuimos felices y conseguimos que nuestro Tenerifito, que así lo llamábamos, se mantuviera en Primera División.

• Aquel triunfo fue el principio de todo. Imposible entender todo lo que ocurrió después sin la promoción victoriosa contra el Dépor.

Sí, porque hasta entonces el Tenerife solo había tenido experiencias efímeras en Primera División. Había subido, pero para bajar al año después. Esa promoción fue importante porque valió para consolidar al club en la élite.

Además, vino acompañada de la elección de Pérez para la presidencia y de otros muchos acontecimientos relevantes que implicaron a una serie de personalidades con la institución en un momento muy determinante de su historia. Emocionalmente, aquella victoria fue muy importante.

• Tenerife le marcó, y usted también dejó huella en la Isla.

Tenerife me dejó huella y en Santa Cruz disfruté de mucha buena gente. Ahora he cambiado aquella Santa Cruz por otra, Santa Cruz de la Sierra. Yo, cada vez que escucho aquello de «una hora menos en Canarias», indiscutiblemente me acuerdo de mi estancia en la Isla. Allí fui muy feliz.

• Hablemos de usted. ¿Cómo fue su fichaje?

Pedro García Sanjuán estaba de presidente interino porque Javier Pérez se había retirado a los cuarteles para volverse a presentar. Y el Tenerife estaba mal en la parcela deportiva. Estaba dirigido por Vicente Miera. Nos juntamos en Madrid, hizo las veces de agente Miguel Santos; y por el club estaba Pedro García Sanjuán. Llegué a un buen acuerdo con él y conseguimos en esa promoción durísima contra el Deportivo que el Tenerife continuara en Primera División. Y ya al año siguiente, con Pérez en la presidencia y con fichajes como el de Fernando Redondo, pudimos planificar un Tenerife mucho más fuerte y mucho más grande.

• Además, puede estar orgulloso de haber sido quien dio la alternativa a figuras tan relevantes en la historia blanquiazul. Le he escuchado decir que fueron Pier y Redondo sus debutantes favoritos.

Así es. Pero en el fichaje de Redondo no nos podemos olvidar de Santiago Llorente, a quien yo llamaba Toulouse Lautrec de forma muy cariñosa y afectuosa. Fue él quien hizo todos los trámites y toda la maniobra para que

Fernando pudiera lucir la camiseta del Tenerife. De hecho, cuando jugamos el Trofeo Teide contra el Peñarol de Menotti, se me acercó porque me conocía de mi estancia en el Espanyol; y me dijo: “oye, ¿cómo habéis conseguido fichar a Fernando?”. Me dijo que era un jugador de otro nivel, para un Milan o un Madrid. Y ahí Santiago Llorente estuvo ágil, vivo y rápido; si pudimos contar con Redondo, fue gracias a él. También a Pier le tengo mucho cariño y le he seguido su trayectoria como entrenador, primero en el Granadilla de chicas; luego en el Betis femenino.

• Justamente en este 2021 se producía la triste noticia del fallecimiento de García Sanjuán, el hombre que le trajo al Tenerife.

Con él se nos fue un hombre bueno en todos los sentidos. Era empresario, amaba a las Islas, sentía a su Club Deportivo Tenerife y mi último contacto personal con él había sido a raíz del partido que jugamos con la selección boliviana en el Heliodoro. Estaba aún entrenador Valdano, estuvimos cenando con Pedro y su familia; y demostró la calidez de siempre. Era un hombre muy entrañable.