"El tacógrafo es un mamoneo para sacar dinero", la patronal del transporte de Lanzarote estalla contra su uso

Arrecife

El presidente de la cooperativa Lanztransport, Artemio Callero, ha respondido con contundencia a las afirmaciones realizadas por Comisiones Obreras (CCOO) sobre la necesidad de mantener el uso del tacógrafo en Canarias.

En declaraciones a SER Lanzarote, Callero ha defiende que las islas están fuera del ámbito de aplicación de la normativa europea que regula este dispositivo y acusa al sindicato de omitir este punto fundamental.

Según explica, la regulación comunitaria establece que el tacógrafo es obligatorio a partir de 2.200 kilómetros, una distancia que, subraya, no se cumple en ninguno de los territorios insulares españoles. “Ellos saben, y la ley lo dice, que la normativa europea lo deja fuera del tacógrafo. Dice que es a partir de 2.200 kilómetros. Y las Islas Canarias y Baleares ninguna tiene esas medidas”, afirma.

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Callero recuerda además que existió una normativa española que fijaba el límite en 1.500 kilómetros, lo que dejaba fuera a la mayoría de las islas salvo Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura. Según relata, esta situación motivó en su momento una reivindicación conjunta entre el Gobierno de Canarias y el Gobierno estatal, que derivó en una modificación elevando ese umbral hasta los 2.150 kilómetros. “Fue cuando el gobierno canario, en convivencia con los gobiernos estatales, hicieron una reivindicación donde bajaron los kilómetros de 1.500 a 2.150”, explica.

Jornada laboral ya regulada

El presidente de Lanztransport insiste en que el sector ya cuenta con un marco laboral que regula las jornadas de los trabajadores, por lo que considera que el debate sobre el tacógrafo no afecta al control de los horarios.

“Hay un convenio laboral que ya establece la jornada de trabajo de cada trabajador. Lo que tienen que hacer es cumplir el convenio”, declara Artemio Callero.

El representante de la patronal reprocha a los sindicatos que no ejerzan un control más directo en las empresas: “Ellos están para que vigilen las empresas. En cada empresa hay un enlace sindical. Entonces, eso se controla. Eso no tiene nada que ver con el tacógrafo”.

Un mamoneo

Artemio Callero se muestra especialmente crítico con el coste y el uso del dispositivo, al que califica de herramienta principalmente recaudatoria. “El tacógrafo es un ‘mamonero’, te lo digo sinceramente así, para sacar dinero”, afirma.

Callero señala que cada reparación del aparato supone un gasto de cerca de 2.000 euros para los transportistas. También apunta que las sanciones en islas como Lanzarote se producen pese a que las distancias no permiten superar los tiempos máximos de conducción recogidos en la normativa. “Aquí no hay kilómetros para que tú te pases de conducción. Pero bueno, ellos siempre buscan algún requisito para poder multarte”, lamenta.

El presidente de Lanztransport concluye reiterando su percepción de que el tacógrafo, en el contexto canario, únicamente sirve para generar costes y sanciones en un territorio donde las condiciones de trabajo y los trayectos, asegura, ya están adecuadamente regulados por el convenio laboral del sector.