"Necesitamos este 'Me Too' para saber que no estamos solas": crece la indignación por las denuncias de acoso sexual en el PSOE

Santa Cruz de Tenerife

El PSOE vive su particular 'Me Too' con una cascada de denuncias por acoso sexual a dirigentes en distintos puntos del país. Desde Valencia, Málaga o Córdoba hasta Lugo. El origen se encuentra en el caso del exasesor de Moncloa Paco Salazar. Hasta el momento se han producido varias dimisiones y suspensiones de militancia, pero la indignación de las mujeres socialistas no hace más que crecer.

"¿Por qué salen ahora tantos casos? ¿Qué hay detrás?". Son las preguntas que la directora del Instituto de Estudios de las Mujeres de la Universidad de La Laguna cree que se hacen ahora los ciudadanos. Carina González explica que los avances en materia de igualdad han permitido que haya "más conciencia" y "más apoyo social", además de "más personas dispuestas a romper el silencio". No siempre ha sido así, ha señalado en una entrevista en Hoy Por Hoy Canarias recordando que "hablar de acoso sexual nunca es cómo, pero sí necesario".

González ha concluido que "necesitamos este 'Me Too' para saber que no estamos solas, que esto sucede y que es más común de lo que ahora en muchos sitios se está intentando negar", ha incidido denunciando que "algunos partidos ni siquiera tienen protocolos para esta realidad". La experta recuerda que el acoso sexual está presente en cualquier ambiente, más allá de la política y explica que "aunque cambien los contextos, hay algo común: la relación de poder".

Miedo a las consecuencias y una enorme soledad. Es lo que la directora del Instituto de Estudios de las Mujeres señala que viven las denunciantes en muchas ocasiones. Además, incide en que el peso y el cuestionamiento suele caer sobre las víctimas. "La prueba del acoso es un gran obstáculo" según González durante los procesos judiciales lamentando que estos no se centran en "investigar al acosador". También destaca los tiempos: "Denunciar no es una decisión impulsiva, es muy difícil. Quien denuncia suele hacerlo después de pasar miedo, de muchas dudas, en muchos casos de sufrimiento". Pide a las empresas e instituciones "no mirar para otro lado" ni "minimizar los hechos".

Reacciones en el PSOE de Canarias

En las islas, el pasado viernes la secretaria insular del Partido Socialista de Tenerife, Tamara Raya, publicaba en su cuenta de X (antes Twitter) un contundente mensaje: "En el PSOE los que no entienden que se acabó, que las mujeres no somos y no tenemos que ser tratadas como objetos, bromas y en definitiva desprecios, no merecen formar parte de esta organización ni de nuestro proyecto".

También se ha pronunciado la vicesecretaria-portavoz de la dirección regional. Elena Máñez ha pedido que "nadie dude del compromiso feminista (de su formación)" porque "todos los grandes avances en materia de igualdad han venido de la mano de gobierno socialistas" y ha aseverado que "se tomarán todas las medidas necesarias" contra los comportamientos machistas: "No lo vamos a tolerar porque atenta directamente contra los valores socialistas".

De Nevenka Fernández a Dulce Xerach

Nevenka Fernández, exconcejala popular de Ponferrada, fue la primera mujer en denunciar acoso sexual en la política en España. Lo hizo en 2001, contra el exalcalde de la localidad, Ismael Álvarez, que acabó siendo condenado. Fernández sufrió un durísimo cuestionamiento social. Hoy es un referente para miles de mujeres frente a las violencias machistas. "Antes esto se veía con normalidad. Muchas veces había un mantra, no hablar para no poner en duda la institución, proteger la institución", explica la directora del Instituto de Estudios de las Mujeres: "Cuando hay acoso se rompe algo muy importante, la sensación de seguridad. Eso tiene consecuencias en la trayectoria profesional y personal de la víctima", recuerda.

En Canarias, la expolítica Dulce Xerach fue también una de las primeras en denunciar a través de redes sociales que había sido víctima de abusos sexuales. "Parece fácil decir #cuéntalo cuando en realidad #nopuedocontarlo. Aunque ocurrió en 1991 en Tenerife, quien lo hizo aún tiene poder político y me cerraría hoy más puertas de las que ya me cerró en su día por decir NO", dijo en un texto escrito en 2018 que concluía: "No fue solo un abuso sexual, fue un abuso continuado de poder".