Pues va a ser que sí, que una alerta a tiempo es una victoria

Santa Cruz de Tenerife

Canarias recibe este lunes con la resaca del paso de Emilia por estas Islas. Una borrasca que ha dejado la mayor nevada en el Teide desde 2016 y mucha más nieve de la prevista también en las cumbres de La Palma y Gran Canaria. En total, casi dos mil incidencias, derivadas de fuertes lluvias, olas de 10 metros de altura y rachas de viento por encima de los 150 kilómetros por hora.

Ha habido desvíos de vuelos por aterrizajes frustrados que provocaron inquietud en miles de pasajeros; trayectos en barco que tuvieron que ser suspendidos y un azote continuo del mar al litoral, con escenas que daban miedo. En Gáldar, en San Cristóbal, en Telde, en Garachico o en Bajamar. Emilia se ha cebado con todos. Ha habido también tormenta eléctrica y ponían los pelos de punta los truenos. ¿Pero saben lo mejor? Que esta vez no ha habido un solo muerto.

Emilia ha demostrado que la prevención es el mejor remedio para evitar desgracias personales. Y esa prevención la tenemos gracias a que contamos con profesionales de primer nivel, que desde el Gobierno, los cabildos y los ayuntamientos monitorizan la situación cuando hay vidas en riesgo.

Esta crónica de apertura de hoy va como reconocimiento a todos esos profesionales que han velado por nuestra seguridad, ante un tiempo tan incierto.

Desde el delegado de la Aemet en Canarias, David Suárez, a Vicky Palma, meteoróloga responsable de la Unidad de Riesgos del Gobierno, pasando, por supuesto, por policías locales, miembros de protección civil, personal de medio ambiente, de carreteras, de servicios esenciales, militares y bomberos. Cuando actúan de manera coordinada, todos lo agradecemos.

Es verdad que ha ayudado mucho, muchísimo, que Emilia llegara a estas islas en pleno fin de semana, porque los padres están tranquilos cuando los niños están en casa. Además, la mayoría no trabajamos y las carreteras están despejadas.

Si hace una semana conocíamos un estudio que decía que los canarios nos veíamos como personas amables y que nos identificábamos con la palabra hospitalidad, hoy habría que añadir, además, que tenemos más sentido común que nadie.

Todo estaban en sus puestos, suspendiendo actividades. Y no había ningún Mazón -con Z- comiendo papas con carne.

De bien nacidos es ser agradecidos, así que toca felicitar a todos los responsables.