Sociedad

Restaurante Everest II, el secreto está en la materia prima

Pescados salvajes, carnes rojas certificadas, hongos y verduras de temporada. Comer bien en la zona Éver de Laredo

La materia prima es la principal protagonista.

Laredo

La larga playa de Laredo obliga a crear zonas de hostelería y ocio cada uno o dos kilómetros de distancia. Existen locales que aglutinan a los residentes de esas calles pero que también atraen a los de toda la zona por su calidad. El Restaurante Everest II de la zona Éver es uno de ellos.

Casi 50 años siendo un referente de buena cocina en Laredo. El restaurante de José Turrado y María Antonia Lorenzo apuesta sobre seguro en su oferta gastronómica. Recetas tradicionales, “platos de toda la vida” donde el principal protagonista es una materia prima de primera calidad.

Pescados de la lonja de Laredo. No es ningún secreto que el pescado salvaje es algo que distingue a nuestra tierra, una pieza fundamental del éxito en nuestros mejores restaurantes. En el Restaurante Everest II disponen de lubina, rodaballo, lenguado o el besugo, solo cuando los barcos locales lo traen a puerto. Una garantía más de su calidad y frescura.

Sus chipirones, como los pescados, de lonja.

Sus chipirones, como los pescados, de lonja.

Carnes certificadas. Por otro lado, la oferta para los amantes de la carne es igual de sobresaliente. Productos de calidad certificada como son las chuletas de vaca pinta (frisona) y de buey especial con 60 días de maduración. Una sugerencia, su delicioso solomillo a la plancha o con foie.

Carnes certificadas.

Carnes certificadas.

Hongos y verduras. Pero si hay algo que distingue al Everest II es el trato que da a un producto tan particular como son los hongos. La presencia de cada variedad se ciñe a su temporada, habiendo siempre en su carta un representante de estas pequeñas joyas gastronómicas.

Muy destacables sus productos de la huerta: la ensalada de ventresca, los tomates de huerta aliñados (pura delicia), los puerros con vinagreta y la menestra de verduras naturales.

Además, el Everest II ofrece en su carta arroz con bogavante o almejas, siempre por encargo y para un mínimo de dos personas. También platos “de la abuela” como los callos con morros caseros, las manitas de obispo y sus novedosas albóndigas de buey

Por último, hay que recordar que el Everest II siempre ha sido conocido por su barra de pinchos, algo más propio de los mostradores de la hostelería del País Vasco. Poco a poco sus pinchos de tortilla, gildas, croquetas y pinchos de jamón ibérico vuelven a ser los de antes de la pandemia.

Sin duda un lugar especial. El Everest II presume de vermuts preparados, de sus más de 400 referencias de vinos. Un local hostelero que apuesta por la calidad total: empezando por la materia prima y acabando por el buen servicio a sus clientes.

De tal palo tal astilla, si todavía te que das con ganas de más puedes ir al Everest Bi en la Gran Vía de Bilbao y seguir gozando.