Los trabajadores de Teka paralizan la huelga prevista en la empresa en Santander
Se está negociando una solución con los dos trabajadores despedidos
Santander
El comité de empresa de Teka Santander ha decidido este lunes, tras mantener una reunión con la dirección de la compañía, dejar "paralizada" la decisión de iniciar una huelga indefinida en los próximos días mientras se negocia con los dos trabajadores despedidos.
El comité, que el pasado 11 de octubre anunció la convocatoria de huelga tras el despido "injustificado" de los trabajadores, que son pareja, ha tomado esta decisión después de que el CEO de la compañía, Stefan Hoetzl, haya instado a Recursos Humanos a negociar con ambos y "buscar una solución satisfactoria".
Por este motivo, y "hasta saber los resultados de dicha negociación, así como de futuras reuniones a mantener con la dirección de la compañía, queda paralizada" la decisión sobre la huelga, según un comunicado remitido por el comité a los trabajadores de la planta, a la que ha tenido acceso Europa Press.
En la reunión, a la que ha asistido, además del CEO de la empresa, la directora de Recursos Humanos, Rosa Lakunza, entre otros, el comité ha pedido una "aclaración" sobre los motivos de los despidos y ha expuesto el "malestar" de la plantilla por "las formas" en que estos se han realizado, al considerar que había maneras "menos traumáticas" de llevar a cabo este tipo de medidas, como prejubilar o reorganizar departamentos "sin que nadie deba ser despedido".
Desde el comité también han trasladado su "descontento" con el Plan de competitividad, al entender que "no se cumplió" lo que les dijeron, especialmente debido a la existencia de fábricas en España en las que finalmente "no se llevó a cabo" dicho plan.
Asimismo, han denunciado la "continua pérdida de derechos" y "la reducción del poder adquisitivo" en la fábrica de Santander, el "descontento" con la gestión, la salida de personal y de procesos "clave" de la planta que, según el comité, dejan al centro de trabajo "cada vez más tocado de cara el futuro".
Ante estas demandas, los representantes de la dirección de la empresa se han referido, según el comité, a la situación "muy delicada" que existe a nivel global y que la empresa afronta con una "enorme deuda económica del pasado", que "pese a que se va rebajando, sigue siendo muy elevada", un problema que "se acrecienta" en estos momentos debido al gran aumento en el coste de materias primas y un descenso de ventas.
Respecto al Plan de competitividad, han señalado que, "aunque de diferentes maneras, todos los centros de trabajo han colaborado en mayor o menor medida". Y han informado de que hay un plan de reducción de costes a nivel global, con "más de 100 acciones" a llevar a cabo en todo el grupo y de la "necesidad imperiosa" de reducir costes fijos.
En concreto, han indicado que se han producido "más de 18 despidos en lo que va de año", los dos últimos el pasado viernes en la fábrica de Zaragoza, y han anticipado que 2023 puede ser "un año de sacrificios", si bien la intención de la compañía es "mantener" el centro de trabajo de Santander y que todas las medidas que se llevan a cabo pretenden evitar otras "más traumáticas" como un ERE.
Desde la dirección se ha informado igualmente que las prejubilaciones "no están anuladas, sino momentáneamente paradas", y se ha instado al comité a "dialogar" de forma periódica para buscar soluciones "de forma conjunta" e intentar que las medidas sean lo "menos traumáticas posible" y en aras a "asegurar los puestos de trabajo en Santander".