Santoña deberá conocer la titularidad de las escaleras para controlar los accesos del Faro del Caballo

Santoña

La titularidad de las más de 700 escaleras de acceso al Faro del Caballo, en Santoña (Cantabria) se ha convertido en un obstáculo para desarrollar los trámites que desemboquen en el control de visitas que quiere instaurar el Ayuntamiento. Es imprescindible conocer qué organismo público tiene las competencias para el mantenimiento y uso del paso al faro.

Cuando se llevó a cabo el convenio a tres bandas entre el Ayuntamiento, Cantur y la Dirección General de Turismo no se tuvo en cuenta este aspecto y el titular tiene que estar incluido en el acuerdo.

El Ayuntamiento de Santoña se reunió hace dos semanas con la Sociedad Regional Cántabra de Promoción Turística y la Dirección de Turismo para establecer una hoja de ruta en cuanto a las posibles soluciones que deriven en el control de acceso al Faro del Caballo.

Cantur ha mostrado su compromiso de reunirse con el Gobierno de Cantabria, y Turismo realizará las indagaciones oportunas para estudiar las fórmulas empleadas por otros municipios que tienen una situación parecida.

El alcalde de Santoña, Jesús Gullart, ha celebrado otro encuentro con la consejera de Cultura, Eva Guillermina Fernández, y ha quedado pendiente una reunión con el consejero de Desarrollo Rural, Pablo Palencia, para averiguar la titularidad de las 763 escaleras.

Gullart ha dicho que el Ayuntamiento hará todo lo posible para que la regulación de los accesos al Faro del Caballo entre en vigor este verano.

Límite de 300 visitantes por día

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó en julio de 2022 el convenio suscrito entre la Autoridad Portuaria de Santander, Cantur y el Ayuntamiento de Santoña para la utilización del dominio público portuario del faro del Caballo, que fija el límite máximo de 300 visitantes por día para el verano

Este convenio recoge el régimen de acceso, el horario de apertura, el aforo máximo y el control de las visitas para el verano. El objetivo es garantizar la seguridad en un espacio que en los últimos años se ha convertido en reclamo turístico con miles de asistentes.