El fiscal pide anular la condena "en base al odio" de un represaliado del franquismo
Se trata de una de las primeras vistas de este tipo celebradas en Cantabria

Sede del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.

Santander
La Fiscalía ha pedido la anulación de la condena de Eusebio Cortezón, un represaliado del franquismo que fue ejecutado en Santander en 1938, porque se dictó, según ha dicho, en base "al odio", sin pruebas y en "una negación absoluta de cualquier derecho de defensa".
En el juicio, que ha tenido lugar este miércoles en el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Santander y que ha quedado visto para sentencia, han testificado cuatro familiares de Cortezón, miembro del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), en representación del cual fue concejal del Ayuntamiento de Astillero.
Se trata de una de las primeras vistas de este tipo celebradas en Cantabria.
Cortezón, que tenía siete hijos y una nieta, fue fusilado frente a la tapia del cementerio de Ciriego de Santander el 7 de diciembre de 1938.
El fiscal de Memoria Democrática de Cantabria, Carlos Yáñez, ha asegurado durante el juicio que Cortezón fue ejecutado "en base al odio y el resentimiento al distinto y al que opina diferente", en lo que considera una violación de derechos humanos que "se transmitió como una herencia a sus familiares", que a raíz de esta condena sufrieron hambre y persecución social.
Según el fiscal, se trataba de una buena persona que, incluso, el día que fue ejecutado dejó por escrito que perdonaba a sus acusadores.
"Por comunista"
Además de constar prueba documental, durante la vista han testificado tres nietos y un bisnieto de Cortezón, a quien se acusó de "delincuente peligroso", de ordenar el asesinato de un cura y de ser el autor moral y material de la muerte de varias personas.
A preguntas del fiscal, uno de sus nietos, Eusebio Cortezón Martín, se ha referido a su abuelo, que era ebanista de profesión, como "un tío muy querido y apreciado en el pueblo".
En su opinión, se le condenó por ser miembro del POUM.
Tanto él como su hermana María Yolanda han asegurado que su abuelo no estuvo relacionado con las muertes de un cura y de dos falangistas que se le atribuyeron.
"Incluso gente de derechas ha hablado de que era buena persona", ha explicado su nieta, quien da por hecho que fue ejecutado "por comunista".
Y han denunciado que la familia, además de pasar de quedar "en la miseria más absoluta", fue perseguida y algunos miembros tuvieron que marcharse a Francia.
También han lamentado cómo repercutió en sus padres -hijos de Eusebio Cortezón- la muerte de su abuelo. "Siempre tuvo miedo a contarnos y que nos pasara algo", ha señalado Ramón Wolney, otro nieto, en relación a su padre.
"Limpiar" su nombre
Todos ellos han pedido al juez que "repare la memoria" de su abuelo anulando esa condena "injusta y basada en mentiras".
"Necesito que la memoria de mi abuelo quede limpia, no fue un delincuencia ni mató a nadie. Estoy seguro y me lo ha corroborado mucha gente en el pueblo", ha afirmado Eusebio Cortezón Martín.
Simón Lecuer, bisnieto que ha acudido a Santander desde Francia, ha reclamado también que se reconozca "el perjuicio moral que sufrió toda la descendencia".
"Olvidar es imposible, perdonar sí, pero no se nos ha perdido perdón. Solo se nos ha exigido callar", ha apostillado.




