Las mujeres rurales rompen barreras en el foro I+D Agro: "La primera barrera que tuve que superar fue ser mujer"

Santander

El foro I+D Agro de la Cadena SER ha llegado a Cantabria con una edición centrada en el papel de la mujer en el sector agroganadero, coincidiendo con el Día Mundial de las Mujeres Rurales. El evento, que se ha celebrado hoy en la localidad de Heras, ha reunido a referentes del emprendimiento rural para visibilizar los retos, logros y propuestas que marcan el presente y futuro del campo cántabro. Fermín Mier, director de contenidos de la SER en Cantabria, abrió el acto haciendo notar que “el papel de las mujeres en el sector agroganadero en Cantabria ha sido protagonista, pero también oculto, silenciado”.

La primera mesa del foro contó con la participación de Valentina Rodero, gerente de Granja Brenas; Ana María Fernández, responsable de Conservas Ana María; Charo Arredondo, pionera en liderazgo rural y primera mujer en presidir una cooperativa agroalimentaria en España; y Noelia Torre, presidenta de AIGAS, organización agraria que impulsa la igualdad y el desarrollo sostenible.

Romper barreras

Las ponentes comenzaron compartiendo experiencias personales sobre cómo han superado obstáculos en sectores tradicionalmente masculinizados. “El primer obstáculo que tuve que superar fue ser mujer”, recordó Charo Arredondo, quien lamentó que su liderazgo fuera cuestionado en su propia tierra. Aunque recibió felicitaciones de toda España al ser elegida presidenta de una cooperativa agroalimentaria, en Cantabria “costó más”. Su mandato duró seis años, pero terminó abruptamente por presiones externas. “Empezaron a hacernos zancadillas con bulos y demás, y nos hicieron dimitir a toda la junta directiva. Nos lo hicieron pasar muy mal”.

Ana María Fernández, desde el sector pesquero, subrayó que “trabajar codo a codo con los hombres ha sido complicado, pero posible con dedicación”. A pesar de las dificultades, destacó el respeto que ha conseguido en un entorno tradicionalmente masculino: “la verdad que me llevo bien con todos mis compañeros”.

Valentina Rodero destacó que “la cosa va mejorando, no siempre tan rápido como quisiéramos, pero llegará un momento en que no veremos el género sino la capacidad laboral de cada uno”. En su experiencia, los obstáculos existen, pero se superan con trabajo y constancia, “te vas haciendo respetar”.

Por su parte, Noelia Torre reivindicó el esfuerzo invisible de las mujeres rurales. “Somos las capitanas de nuestras hijas, nuestros hogares… y de nosotras se espera que no fallemos”, aseguraba. “Tenemos que demostrar mucha más nuestra valía y exigirla cuando con nuestro propio trabajo lo demostramos día a día”. También lanzó un mensaje directo a las jóvenes: “poned ganas, poned espíritu. Tengo 42 años, mi familia siempre ha sido ganadera, mi madre y mis abuelas ganaderas, mujeres duras y de mucho empeño. Poned ganas porque se consigue”.

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Relevo generacional: una preocupación compartida

El futuro del campo también pasa por la juventud, y las ponentes coincidieron en la dificultad de atraer nuevas generaciones. “La juventud no quiere comprometerse, no quiere trabajar en el mar ni en la conserva”, lamentó Ana María Fernández. Aunque su empresa cuenta con programas de formación, explicó que “nuestro trabajo es totalmente artesanal, tienen que estar 8 horas y eso no lo aguantan”.

Noelia Torre añadió que “los jóvenes priorizan disfrutar, y el trabajo es solo un medio para ello”. Señaló que los hábitos han cambiado y que muchas profesiones manuales, como la ganadería, enfrentan serias dificultades para encontrar relevo. “Se les habla de que lo maravilloso es emprender, pero no todo el mundo puede. Hay que bajarlos de la nube en la que viven”.

Charo Arredondo aprovechó para compartir una anécdota familiar que refleja el estigma rural. “Una profesora le dijo a mi nieta le dijeron que no tenía sentido querer ser veterinaria para quedarse en casa con su familia. Se echó a llorar”, recordaba. Desde UGAM-COAG, impulsa una propuesta para incluir la agricultura y la ganadería como asignatura en los colegios. “Los niños tienen que saber de dónde viene la alimentación”, reivindicó.

Emprendimiento con impacto local

Valentina Rodero presentó un nuevo proyecto agroecológico de Granja Brenas: un matadero propio para cerrar el ciclo de producción, que potencialmente generará hasta 15 empleos y buscará recuperar el pollo autóctono de Cantabria. “Vamos a emprender y en dos meses, si todo va bien, empezaremos a funcionar”, anunció. “Seremos la única granja en Cantabria que hace todo el proceso”.

Ana María Fernández celebró el reconocimiento recibido por su museo de la anchoa, que combina tradición y modernidad. “Lo que no queremos perder son los valores y la tradición de nuestro sector pesquero”, afirmó, agradeciendo el trabajo de las artesanas que lo hacen posible.

Charo Arredondo, por su parte, pidió claridad institucional: “No sabemos si quieren apoyar a ganaderías familiares o a macrogranjas. Cantabria solo puede sostener lo primero”. Criticó que el discurso político esté muy alejado de la realidad del campo: “oyes hablar a los políticos y todo bordado, pero cuando estás en casa y estás pensando en que tienes que presentar facturas, los zarzales están en los prados, y no tenemos tiempo para todo”.

Un futuro rural en riesgo

El foro cerró con una reflexión sobre el futuro del medio rural. “Cantabria es verde gracias a los ganaderos”, afirmó Noelia Torre, quien alertó sobre la presión turística, la burocracia y la falta de apoyo ciudadano. “Cada vez tenemos más problemas: la burocracia es uno, pero también la masificación turística. Cantabria está de moda, vienen, compran fincas, construyen apartamentos… y no podemos competir con los precios”.

“Tenemos un montón de problemas y el sector de la ganadería hay que atacarlo de diferentes maneras”, concluyó. “La gente tiene que apoyarnos, somos ciudadanos, hablamos además de las cosas del comer, qué queremos darle a nuestros hijos y qué queremos dejarles. Estamos en un momento clave. Hay que pelear mucho, pero necesitamos que la sociedad nos respalde”.