Compartimos la tradición de guardar tomate con una familia de Valdecabras
Avanzado el mes de septiembre, con la maduración de los tomates, muchos conquenses se afanan en la tarea de guardarlo frito o al natural para su consumo durante el invierno
Compartimos la tradición de guardar tomate con una familia de Valdecabras
Cuenca
En una casa del centro de Valdecabras, recubierta la fachada con piedras, con un gran portalón en la planta baja que da acceso a un espacioso salón que hace las funciones de cocina, almacén y lugar de encuentro de la familia, encontramos a Sidonia, la señora de la casa, acompañada de su marido Hipólito, de su hija Esther, y de dos amigos, Federico y María. Todos están colaborando en llevar a cabo una tarea tradicional como es guardar tomate en conserva. Nos lo han contado en un reportaje que hemos emitido en Hoy por Hoy Cuenca.
Compartimos la tradición de guardar tomate con una familia de Valdecabras
Valdecabras es una pedanía del municipio de Cuenca. En su entorno se encuentra el paraje natural de la Ciudad Encantada, destino turístico nacional que recibe miles de visitantes cada año. Pero los autobuses cargados de turistas no pasan por este pueblo que apenas si tiene 25 habitantes en invierno.
Pasear por sus calles, una vez recorrido el estrecho valle por el que se llega desde Cuenca, supone encontrarse con la vida tranquila de un pueblecito casi sin gente. El eco de nuestra voz rebota en las esquinas y los gatos nos miran extrañados desde el placentero rodal en el que se echan la siesta.
Guardar tomate
Sidonia nos dice que “este año los tomates no han salido muy buenos porque no ha llovido mucho”, pero de una forma u otra aquí les encontramos friendo tomate para guardarlo en conserva. “Se escalda, se pela, se parte y se fríe”, relata. “Ahora lo envasamos y lo cocemos al baño maría, veinte minutos”. Así quedarán los frascos listos para su consumo en el invierno. “También guardamos el tomate natural”, dice Sidonia.
La vida en Valdecabras
“Valdecabras es un pueblo de jubilados”. En esta afirmación coinciden todos. “La vida es tranquila, pero aburrida”, dice Esther, la más joven del grupo. “Coincidir con gente de tus años, de edad intermedia, es difícil”.
El paseo es la actividad que todos comparten en un pueblo en el que “no hay de nada”, dice María. “No hay panadería ni frutería”. Su marido Federico apunta que “tampoco hay bar”. “El pan viene dos días a la semana desde Buenache”, apunta María. “Lo demás tenemos que comprarlo en Cuenca que bajamos una vez a la semana”.
Guarda forestal y guía turístico
Hipólito, ya jubilado, ha sido guarda forestal. “Tenía que vigilar incendios o a los leñadores que venían a buscar leña desde Villalba o desde Cuenca”, nos cuenta. “Ahora se hace mejor con los retenes y aviones para llegar a los incendios. Antes íbamos andando todo el día, luego nos mecanizamos un poco y nos dieron una moto para desplazarnos por el monte”.
Pero Hipólito también ha sido guía turístico en la Ciudad Encantada “acompañando y asesorando a los turistas”, dice, que llegaban a este espacio de interés paisajístico y geológico. “Entonces venían menos que ahora, al día tal vez cinco o seis. Ahora es otra cosa, sí”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...