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Cuenca nunca es suficiente: anécdotas y curiosidades del rodaje de 007 en Las Majadas

En los 60 años de historia cinematográfica que se cumplen estos días, James Bond tuvo tiempo de venir a Cuenca donde se rodaron algunas escenas de la película ‘El mundo nunca es suficiente’

Cuenca nunca es suficiente: anécdotas y curiosidades del rodaje de 007 en Las Majadas

Cuenca

Este 5 de octubre se cumplen 60 años del estreno en 1962 de la película Agente 007 contra el Dr. No dirigida por Terence Young y protagonizada por Sean Connery. Era la primera sobre el personaje de James Bond creado por el escritor Ian Fleming y comenzaba así una de las sagas cinematográficas más prolíficas y más exitosas de la historia.

Asociado al elegante y seductor espía británico pronto se crearía una iconografía que ha perdurado en todas las películas posteriores: el Bond, James Bond, la licencia para matar, el agitado pero no mezclado, la chica Bond o los mil y un artilugios creados para facilitar la resolución de los casos encargados a 007.

Tanto se extendió el mundo Bond por todo el planeta que llegó hasta Cuenca, hasta un recóndito paraje de la Serranía donde un equipo de rodaje desembarcó en 1999 inmersos en la producción y filmación de escenas para la película El mundo nunca es suficiente que dirigió Michael Apted. Los mágicos, pétreos y robustos espacios naturales de Los Callejones de Las Majadas resultaron idóneos para recrear algún paraje de Azerbaiyán en el que se estaba construyendo un oleoducto.

James Bond en Los Callejones de Las Majadas.

James Bond en Los Callejones de Las Majadas. / Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

Azerbaiyán en Cuenca

En las escenas rodadas en Cuenca, que en la película podemos ver entre el minuto 31 y 35, vemos a Pierce Brosnan, en el papel de 007, y a Sophie Marceau, interpretando a Elektra King, la chica Bond, charlando entre Los Callejones acompañados de un buen número de azerbaiyanos a quienes dieron vida para la ocasión vecinos de la Serranía de Cuenca bien caracterizados. El rodaje se sucedió varios días tras otros quince previos de producción en los que un amplio equipo estuvo preparando escenarios y decorados, algunos tan espectaculares como la recreación del oleoducto en medio de los pinos subido hasta estos páramos serranos en una procesión de camiones.

Un pueblo tranquilo

La tranquilidad de Las Majadas se vio truncada por unos días e incluso la de Cuenca, ciudad en la que se alojaron, en el Parador de Turismo concretamente los actores principales y parte del equipo de la película. Antonio Usero, empresario hostelero que ha regentado durante décadas el restaurante Los Callejones de Las Majadas, popular por su pucherete de cocido, reconoce que él no le conocía, y que “había poca expectación porque aquí somos muy reservados a la hora de expresar nuestra admiración ante los famosos”, dice. “Brosnan venía de rodar en Bilbao donde le acosaban los fans y aquí no le decía nada nadie hasta tal punto que fue él quien dio el primer paso y se puso a saludar. A la primera a la que dio un beso fue a mi madre que tampoco sabía quién era”.

Escena del oleoducto en plena Serranía de Cuenca.

Escena del oleoducto en plena Serranía de Cuenca. / Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

Brosnan en la plaza Mayor

Seguro que muchos conquenses recuerdan aún cómo el actor Pierce Brosnan, que se alojó durante los días del rodaje en el Parador junto al resto del equipo técnico y artístico, acostumbraba a pasear por el casco antiguo de Cuenca y a tomar café sentado en las terrazas de la plaza Mayor. Más de un conquense no dudó en saludarle, pedir foto y autógrafo y quedarse con un buen recuerdo del actor irlandés.

Extras conquenses

Varios autobuses subían desde Cuenca cada mañana a Las Majadas cargados de conquenses que hacía de extras en el rodaje de las escenas en Las Majadas. Unos eran azerbaiyanos que protestaban por el paso del oleoducto por un templo construido en una roca y otros eran trabajadores occidentales de la propia infraestructura petrolífera. “Pasábamos muchas horas esperando”, recuerda al historiador, investigador y crítico cinematográfico Pepe Alfaro que no dudó en apuntarse como extra para vivir por dentro una superproducción de 007. “Un día llevábamos ya más de ocho horas esperando y la gente empezó a protestar hasta que desde producción nos dijeron que nos pagarían las horas extra. Recuerdo que nos pagaban 5.000 pesetas por cada día de rodaje”.

Arco de piedra en el paraje de Los Callejones de Las Majadas.

Arco de piedra en el paraje de Los Callejones de Las Majadas. / Fernando Carreras (EcoExperience)

Los Callejones por la Ciudad Encantada

Alfaro nos cuenta que “la primera opción de la productora era rodar en la Ciudad Encantada que ya había sido escenario de otras películas, pero la dueña del paraje no debió quedar muy contenta con el último, hacía ya quince años, y no dio el permiso. Y fíjate luego la promoción que supuso para Los Callejones”.

Una superproducción en la Serranía

El rodaje de El mundo nunca es suficiente llevaba un despliegue de decenas de personas. “Al director es al que menos veíamos”, recuerda Alfaro. “Detrás de él estaban los ayudantes de dirección, los auxiliares y al final el personal que se dirigía ya a nosotros”. También destaca este apasionado del cine el minucioso proceso de preparación de cada escena, “sobre todo la prueba de luces en la que un doble con las mismas características que el actor principal, el tono de piel, la altura, el peinado, el traje, replicaba una y otra vez la escena hasta que los técnicos de luces ajustaban parámetros para que, después, Pierce Brosnan llegara y, en una o dos tomas, dejara la escena grabada”.

Paco Auñón

Director y presentador del programa Hoy por Hoy...