Emoción e historia en las visitas teatralizadas al refugio antiaéreo de Cuenca
El túnel de la calle Calderón de la Barca puede visitarse con pases guiados los viernes, sábados y domingos
Emoción e historia en las visitas teatralizadas al refugio de la guerra civil en Cuenca
Cuenca
La Cuenca Subterránea es un recurso turístico de la ciudad desarrollado en la última década con la idea de ofrecer al visitante y a todos los conquenses la posibilidad de descubrir espacios arquitectónicos escondidos durante años. La investigación arqueológica llevada a cabo por Santiago David Domínguez y Michel Muñoz documentó túneles, pasadizos, conductos de agua y refugios que discurren bajo las calles por las que paseamos cada día en Cuenca.
Dos de esos nuevos espacios se han habilitado para las visitas turísticas, en concretos dos refugios anti bombardeos aéreos creados en los años de la Guerra Civil Española (1936-1939), uno en la calle Alfonso VIII (en la actualidad cerrado por reformas) y otro en Calderón de la Barca, bajo la escalinata que sube al hospital de Santiago.
La visita a este espacio de la Cuenca Subterránea solo puede hacerse en los cuatro pases habilitados con guía y teatralización los viernes a las 18.00 h, los sábados a las 13.00 h y a las 18.00 h, y los domingos a las 13.00 h. Las entradas solo se pueden adquirir en la Oficina Municipal de Turismo de la plaza Mayor al precio de 5 € (3,5 € reducida) y los menos de doce años tiene acceso gratuito siempre acompañados de un adulto.
Ciudad de retaguardia
La provincia de Cuenca permaneció como territorio de la República durante toda la Guerra Civil, hasta la caída de Madrid en los últimos días de marzo de 1939. “La capital fue una ciudad importante de retaguardia entre Madrid, ciudad sitiada por el bando nacional, y Valencia, localidad donde se había trasladado el Gobierno de la República”, explica a los visitantes al refugio de Calderón de la Barca, María Ángeles Arias, guía de la Oficina Municipal de Turismo. “Los refugios no tenían puertas para que la gente se pusiera a salvo enseguida una vez que se daba la alarma, a través de las sirenas, de que se acercaban aviones”.
La guía explica la entrada en acodo del refugio “está preparada por si alguna de las bombas que amenazan con caer lo hace en la puerta del refugio, el muro que hay los diez metros de la entrada, retenga la onda expansiva y no afecte a las personas que se resguardan detrás. Esto es común en todos los refugios. Además, en este muro de contención hay un hueco, una especie de ventana horadada en la pared. Es una fusilera o tronera en la que se apostaba un soldado vigilando la entrada”.
Cinco bombardeos
Durante los casi tres años que duró la guerra, las sirenas de alerta ante posibles ataques aéreos sonaban a menudo, cada vez que se acercaba aviones. Entonces, los conquenses corrían a refugiarse en sótanos, en las cuevas que aún se conservan en las casas más antiguas o en alguno de los quince refugios que se crearon o habilitaron con esa función en los primeros meses de la contienda.
La mayoría de las veces esos aviones pasaban de largo. Solo en cinco ocasiones hubo bombardeos “en sitios siempre estratégicos como la estación de tren, las carreteras o los almacenes”, va explicando la guía al grupo que participa en la visita a este túnel de la calle Calderón de la Barca que se completa con fotografías y paneles informativos. En uno de ellos podemos leer las fechas de los cinco bombardeos, los lugares afectados y las víctimas. Se produjeron el 5 de agosto de 1937, el 11 y el 20 de enero de 1938, el 26 de diciembre de ese mismo año y el 20 de marzo de 1939. En total hubo 34 muertos (18 civiles y 16 militares) y 67 heridos.
Visitas teatralizadas
Las visitas a este túnel-refugio se hacen con guía, en nuestro caso con María Ángeles Arias, y con la sorpresa, en un momento indeterminado del recorrido y de la explicación, de la aparición en escena de un personaje. Tres actores se reparten las representaciones y, dependiendo del día, podremos encontrarnos con uno u otro. Anatolio es el dueño de un colmado, conoce bien la vida en la ciudad y a sus personajes, y está interpretado por Domingo Alfaro. Lucidia es enfermera voluntaria, atiende a la gente en el propio refugio, tiene a su novio en el frente y está interpretada por Elisa Carratala. Y Desamparados, a quien da vida Pilar Jaramillo, que tiene dos hijos y a “su hombre”, como ella dice, también en el frente. Ellos se encargan de aportar una visión de la vida cotidiana en Cuenca en aquellos años de guerra, de las carencias, de las penurias y de las emociones.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...