Patrimonio de la humanidad y diversidad

Toledo

El 26 de noviembre se cumplen 36 años desde que Toledo fue declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad. En la actualidad, en España tenemos 15 localidades con esta distinción dada por la UNESCO. Todas tienen una característica común, en ellas la arquitectura, historia y naturaleza conviven dando lugar a una ciudad única que merece el reconocimiento. Toledo, en esto, no es una excepción.

El visitante de Toledo puede observar que la naturaleza se ha integrado en el casco histórico simplemente dando una vuelta por la Senda Ecológica. Si lo hace con atención podrá descubrir el buen número de especies de árboles que rodea al casco histórico y el no menos importante número de especies animales que se pueden observar. En este sentido destacan las distintas especies de aves, algunas en peligro de extinción. Si nos alejamos de la ciudad es posible ver especies emblemáticas de nuestra fauna, como son el Sisón, la Avutarda, la Ganga o la Ortega que nosotros no valoramos lo que se merecen y que muchos turistas extranjeros no pueden observar en sus países de origen.

Este potencial natural de las ciudades Patrimonio de la Humanidad ya está siendo aprovechado por algunas en donde se realizan rutas para el turista que demanda este tipo de visita. No es raro ver en Toledo algún extranjero con prismáticos dando vueltas por la ciudad. Este potencial creo que no se está sabiendo aprovechar por la ciudad. Es relativamente fácil organizar estas rutas para el que lo demande como un complemento a las visitas culturales.

Volviendo a la Senda Ecológica, me parece interesante que se aprovechen las obras de acondicionamiento que se van a realizar para adaptarlas para la observación de la Biodiversidad y para la educación ambiental. Esto tendría el potencial uso por parte del turista y por los alumnos de los centros escolares que nos visitan. Se podrían instalar paneles informativos destacando las principales especies que se observan y para informar sobre los servicios que nos dan y los principales problemas medioambientales que se pueden ver. No hace falta que mencione el lamentable estado de uno de los ríos más importantes de la península Ibérica. Además, en plena Senda tenemos una isla frente a la Ermita del Cristo de la Vega que debería ser protegida para impedir el paso de los pescadores y curiosos ya que alberga una importante colonia de aves, como la Garcilla bueyera o el Martinete, y es un importante dormidero para varias especies de aves. Sería ideal construir un observatorio de aves en la orilla opuesta en plena Senda. Creo que no aprovechar esta oportunidad es una pena, ya que se incrementaría el valor turístico de la que en su tiempo fue la Capital del Imperio.