¿Por qué sabemos tan poco de las que fueron primeras alcaldesas en la provincia de Ciudad Real?
Hasta siete mujeres ocuparon la alcaldía de sus pueblos en 1933
'Postales Manchegas', con Mireia Morollón: Las primeras alcaldesas de la provincia de Ciudad Real
Ciudad Real
Durante algún tiempo se pensó que Blasa Jiménez Chaparro, apodada La Letrada, alcaldesa de Alhambra en 1938 había sido la primera alcaldesa que tuvo la provincia de Ciudad Real, pero una biografía escrita por Esmeralda Muñoz y Marisol Benito hablaba de otra mujer, Francisca Portugués Menor, que fue primera autoridad en Albaladejo en 1933.
Sin embargo, durante el franquismo no se hablaba de ninguna de ellas como pionera sino de Maravillas Gómez Payete. "Fue una de las muchas mentiras del franquismo", apunta el historiador Isidro Sánchez. "Ni siquiera Francisca Portugués lo fue porque en 1933 llegó a haber hasta seis alcaldesas más que fueron nombradas, no por elección, sino por designación "para las Comisiones Gestoras, y otras nueve concejalas" según recogió María Isabel Rodríguez Iglesias en un estudio que fue publicado en 'Cuadernos de Estudios Manchegos' y en el que también tuvieron lugar las elecciones municipales parciales del 23 de abril de 1933, donde por primera vez en la historia, la mujer española pudo hacer uso del derecho de sufragio. Al finalizar la Guerra Civil, muchas de estas mujeres, por ser la mayoría de ellas maestras, sufrieron la represión política del nuevo gobierno franquista, que llevó a cabo la depuración del Magisterio de primera enseñanza en todo el país".
Esas siete alcaldesas fueron Natividad A. David, en Ballesteros de Calatrava; Margarita Dehesa, en Villahermosa; Emilia González de la Riva, en Almedina; Carmen Hornero, en Fernán Caballero; Concepción Martín, en Caracuel; Francisca Portugal en Albaladejo y Áurea Iluminada Rico en Poblete.
Siete alcaldesas que generalmente eran maestras. "El gobierno tiró de maestras para ejercer este cargo durante una serie de meses hasta que se celebran las elecciones a finales de 1933", recuerda Sánchez que menciona, no obstante, a Blasa Jiménez, como un símbolo. "De hecho se le hizo un homenaje en Alhambra en octubre del año pasado por la importante preocupación social que tenía", añade. "En principio fue como compromisaria del PSOE en las elecciones del 31, pero luego se afilió al Partido Comunista y tuvo ese perfil de la mujer que en la República tanto se desarrolla y que le va a costar el ingreso en la cárcel y su muerte, sin que a día de hoy se sepa donde están sus restos. Al igual que al marido y uno de sus hijos, a quienes también les llegó la muerte por fusilamiento al acabar la guerra. Toda una tragedia. Fue el premio que recibió por los desvelos que tuvo por su pueblo", lamentaba Isidro Sánchez.
"La aparición de mujeres en determinados cargos siempre coincide con un momento de crisis porque faltan hombres y las mujeres se ven más o menos posicionadas", según añadía Esther Almarcha, directora del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha. "En este caso se escogieron a mujeres maestras y esto no era circunstancial, sino que se consideraba que en el mundo rural en los años 30 eran las personas más preparadas, mientras que los hombres estaban en otras cosas". "La tristeza es que aparecen como flases, apareciendo y desapareciendo y siempre la desaparición es dolosa para la mujer", reflexiona Almarcha añadiendo que "hicieron el esfuerzo en las diferentes guerras, pero cuando acaba el conflicto las mujeres que habían conseguido posiciones muy fuertes se retraen por los sistemas dictatoriales y democráticos".
Lamenta, además, la directora del Centro de Estudios, que algunos de "los logros que se han ido consiguiendo pasito a pasito, muchos están yendo hacia atrás y es descorazonador ver las actitudes que están pasando y que no se lucha por derechos que se habían conseguido anteriormente". Tener estos referentes de épocas anteriores debería ser mucho más conocido", concluye.