Pepe Ortega, el artista de Arroba "que merece mucho más de lo que se le ha dado hasta ahora"
En 'Postales Manchegas' repasamos la vida y obra del pintor y grabador José García Ortega
Postales Manchegas: Pepe Ortega, el artista de Arroba "que merece mucho más de lo que se le ha dado hasta ahora"
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Ciudad Real
"En Castilla-La Mancha nos caracterizamos por valorar poco acontecimientos sociales, culturales y a nuestros personales y un ejemplo de ello ocurre con Pepe Ortega, el pintor y grabador nacido en Arroba de los Montes. Arroba se merece tener algo de Ortega, pero Ortega se merece tener mucho más de lo que se le ha dado hasta ahora". Es la reflexión que ha hecho en Postales Manchegas, la sección de Hoy por Hoy Ciudad Real, Esther Almarcha, directora del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha.
"José García Ortega tuvo un momento de luz que se apagó y se trata de un artista que tendría que tener más refrendo del que tiene", añade Almarcha que explica que "su decisión por hacer una plástica vinculada a técnicas artísticas que se pueden reproducir de forma infinita, como es el caso de las estampas o grabados, demuestra que Ortega quería que su obra tuviera una proyección social y llegara a mucha gente. En este sentido, dentro de las muchas series que hizo a lo largo de su trayectoria como grabador, la de Los Segadores fue especialmente significativa desde el punto de vista de la propuesta artística, ya que mezclaba técnicas gráficas como el gofrado para dar relieve a los paisajes, simulando los surcos en el campo, cubriéndolos con una explosión de color que reflejaban a la perfección la luz y el calor de la época de la siega. Ortega jugaba, además, simbólicamente con los colores llegándose a ver, incluso, en algunos de sus grabados la bandera de la República Española. Es una obra que llena el corazón", añade Almarcha que llama la atención sobre el deterioro que debido a las humedades sufrió el museo que albergaba su obra en su localidad natal y que llevó a trasladar los fondos al CEX, Centro de Exposiciones en la capital. Lugar que había acogido previamente una importante exposición de Ortega y de la que derivó, precisamente, la realización del museo en su pueblo. Un espacio que no se recuperó, llegando a desaparecer.
Una vida marcada por el arte y por su militancia en el Partido Comunista
Su vida "estuvo presidida por el arte y también por su militancia en el Partido Comunista", como recuerda el historiador Isidro Sánchez.
Su referencia en la Real Academia de la Historia dice que "siendo muy joven se trasladaría a Madrid, donde, afiliado a la FUE, realizaría sus primeros carteles y murales. En 1937 pasaría a residir en Ciudad Real, al ser trasladado su padre, funcionario de Correos, a la localidad cercana de Picón. Tras la Guerra Civil trabajaría en un taller de pintura y decoración, ingresando en 1941 en el Partido Comunista, siendo procesado por actividades políticas y cumpliendo cinco años de prisión. Indultado en 1952, se inscribiría en la Escuela Nacional de Artes Gráficas y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, logrando obtener en 1953 una beca que le permitiría estudiar en la Ecole Estienne y en la Ecole des Beaux Arts de París. En 1955 se le concedería la Medalla de Oro en el Festival Internacional de la Juventud de Varsovia y en 1956 expondría en la Galería Alfil de Madrid junto con Palacios Tardez y Ruiz Pernias, fundando en 1958 el Grupo Estampa Popular y publicando el Manifiesto del Arte Contra.
En 1960 se exiliaría en París, donde trabajaría en el taller de Friedlaender, organizando en noviembre de 1961 una exposición en la galería parisina Epona, y en diciembre una muestra similar en la galería Pläne de Düsseldorf; durante su permanencia en París, su producción se centraría fundamentalmente en la obra gráfica vinculada con Estampa Popular. En el año 1963 recibiría la Medalla de Oro del Congreso Internacional de Críticos de Arte, trasladándose en 1964 a Roma y posteriormente a Matera, permaneciendo en Italia durante doce años, en donde no solamente atendería a la producción gráfica sino también a la pintura de caballete. Seleccionado en 1965 en el Premio de los Once y el Premio de la Crítica de París, entre 1969 y 1970 trabajaría en la realización de los veinte grabados que componen la serie de Los Segadores, resultado de su investigación en una nueva forma de expresión donde se combinan las técnicas de la piedra litográfica y del grabado".
Tras la muerte de Franco regresó a España y reapareció en la provincia de Ciudad Real con la exposición 'Decálogo para la Democracia' organizada en 1977 por dos librerías progresistas que existían en la capital, Tartessos y Oretum.
Fiel a su compromiso político colaboró con el Partido Comunista en las primeras elecciones democráticas y entre 1980 y 1987 llevó a cabo numerosas exposiciones, estando presente también su obra en las ediciones de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de España, Arco.
Los últimos años de su vida los pasó en Italia y Francia, falleciendo el día de nochebuena de 1990 en París a los 69 años.