Los Borgia y Toledo: así acabaron en la capital los documentos de esta mítica familia de papas
En el segundo episodio de 'La Noble Historia', el Archivo Histórico de la Nobleza explica el origen de la documentación del Ducado de Gandía, comprado por Alejandro VI (Rodrigo Borgia) en el siglo XV
La Noble Historia 1x02: Los Borgia
Toledo
"Antes de empezar me gustaría hacer una aclaración". Cristian Pardo empieza así el segundo episodio de 'La Noble Historia' dedicado a la Familia Borgia, a la cual persigue una leyenda negra. Cristian aclara que "esta familia siempre está rodeada de un aura de morbo, con cierto tono novelesco, que es algo que vende mucho", añade. La documentación que se describe en el podcast pertenece al Estado porque, como explica la directora del Archivo Histórico de la Nobleza, Arancha Lafuente, a finales del siglo XIX el duque de Osuna Mariano Téllez-Girón quebró la Casa Nobiliaria y todas sus propiedades, incluidas el archivo, tuvieron que venderse para pagar las deudas. El Estado lo adquirió gracias a un donante anónimo, una persona próxima a la corte del Rey.
El Ducado de Gandía está unido a la Casa de Osuna desde 1748 cuando Maria Ana Antonia Luisa de Borja-Centelles y Fernández de Córdoba murió sin descendencia y, tras un pleito por el legado, quedó unida la Casa de Borja a la Casa de Benavente. Con ello se extinguiría el apellido Borja (o Borgia), que venía estando ligado al Ducado de Gandía desde que Rodrigo Borgia lo compró para su primogénito Pedro Luis en 1485. De hecho, el primero de los documentos que se nos describe es un árbol genealógico. Las familias nobiliarias que no procedían de extirpes conocidas, tenían la necesidad de justificar su linaje, y los Borgia a través de este árbol genealógico aseguran que tienen vínculos con los vizcondes de Bearne (en Francia), algo que era mentira. También con otras familias nobles de Castilla y Aragón (de Castilla siempre se dice que descienden de Alfonso X y de Aragón de Alfonso I el Batallador.
Dos papas españoles
Para legitimar todavía más este origen, se contrata a personas para que escriban crónicas como la que se enseña. Esta en concreto es de 1621 y su autor es Joan Baptista Roig de la Penya. El manuscrito se inicia con una ilustración del escudo familiar, con el buey. El objetivo de todo era ocultar que su origen estaba en una familia de artesanos muy probablemente, pero de ahí consiguieron ser una de las familias más poderosas de finales del siglo XV con dos papas en el trono: Calixto III y Alejandro VI, los únicos papas españoles de la historia.
El papa Calixto III firmó documentos muy curiosos como uno que se conserva en este archivo. Hablamos de una licencia para que el matrimonio formado por Juan Pacheco y María Potocarrero pudieran celebrar de nuevo su casamiento puesto que el que se había celebrado 10 años atrás era nulo porque Juan ya estaba casado. Evidentemente este documento no podía ser válido, pero con dinero todo se podía conseguir. El otro papa Borgia, Alejandro VI nombra a su hijo César protonotario apostólico y arcedianato de Xátiva y la rectoría de Gandía. Pero es que César solo tenía en ese momento 7 años. Las vinculaciones entre clero y la corte real eran muy frecuentes. Por ejemplo, el rey Fernando el Católico nombró egregio a César Borgia y a su hermano Pedro Luis a través de otro documento que se conserva en el Archivo.
El único santo con título nobiliario también era un Borgia
No todo es leyenda negra en torno a los Borgia. Existe la leyenda de San Francisco de Borja, bisnieto de Alejandro VI, y que es el único santo del santoral católico que tiene un título nobiliario -era duque de Gandía-. La leyenda dice que la impresión que la causó abrir el ataúd en Granada de la emperatriz Isabel (que había llegado desde el Palacio de Fuensalida de Toledo donde había fallecido) decidió hacerse eclesiástico. En el Archivo de la Nobleza se conserva un breve del papa Urbano VIII de 1624 donde establece el culto al que entonces era beato. Y también hay una bonita imagen de un boceto de la capilla de san Francisco de Borja, de la Catedral de Valencia.
Reconstruir un libro se puede, casi siempre
En la tercera parte del episodio, se aborda como siempre un aspecto de la restauración de documentos. En esta ocasión María Burgaleta, restauradora conservadora de documentos, explica los problemas más habituales a los que se enfrenta un libro afectado por el paso del tiempo. Desde un libro afectado por roedores, que emplean el papel para hacer sus nidos, pasando por otro afectado por una plaga de larvas, que hace una serie de surcos o galerías de igual forma que la polilla se come a la madera.
También hay libros afectados por una plaga de hongos que descomponen el papel hasta hacer que parezca algodón. Y la oxidación de las tintas, que hace que pueda llegar a quemarse la hoja. Para casi todo hay solución. Como escuchamos en el primer episodio, todo se puede recomponer menos el texto. "Si no hay texto, como es un manuscrito, no se puede reintegrar", explica María. Para arreglar el papel, existe una máquina que imita el proceso de producción de las hojas de papel a partir de celulosa.
Aldo Gómez
En 'Hora 14'. Antes, había pasado por SER Toledo,...