Toledo

La historia está llena de mujeres que, tristemente, tuvieron que utilizar el pseudónimo de un hombre para poder escribir, pintar o realizar cualquier actividad artística o profesional. En el programa 'El viaje empieza aquí' hemos conocido una de estas historias, la de Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea y su pseudónimo, Fernán Caballero en alusión a esta localidad de la provincia de Ciudad Real.

El profesor de Historia de la UCLM, Ángel Monterrubio nos ha explicado que esta escritora española del siglo XIX, hija del hispanista alemán Juan Nicolás Böhl de Faber, se educó en Cádiz y Hamburgo. Era una mujer cosmopolita, de excelente formación, que nació en Suiza y vivió en España, Alemania y Puerto Rico y podía leer en francés, inglés, alemán e italiano.

Algunas de sus novelas que alcanzaron un gran éxito fueron 'La familia de Alvareda', 'Clemencia' o 'La Gaviota', con la que apareció en España el costumbrismo, que sería la antesala de la novela realista y naturalista con lo que podría decirse que es iniciadora de la novela moderna en nuestro país.

Como anécdota, el autor estadounidense Washington Irving, la animó en su faceta creativa cuando estuvo en Cádiz en 1828 para conocer las costumbres y el folclore de España. El escritor recuerda en su diario los encuentros mantenidos con la marquesa a partir del 24 de diciembre de 1828 y añade en una carta (6 de febrero de 1829) que la escritora redactó para él una serie de “anécdotas de la vida lugareña española”.

¿Y por qué eligió Fernán Caballero?

La respuesta se la da la misma autora al escritor Padre Coloma, con el que tenía una buena amistad y que trazó una pequeña biografía de ella con el título de “Recuerdos de Fernán Caballero”.

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Cecilia Böhl de Faber se casó tres veces, la primera a los 19 años con un capitán de infantería que murió al año siguiente en Puerto Rico, en segundas nupcias con el marqués de Arco Hermoso y, por último, con Antonio Arrom de Ayala, que tenía una situación económica complicada.

En uno de los viajes que hizo a Madrid, Antonio Arrom de Ayala, dice que llevó “sin conocimiento de su autora” el manuscrito, en francés, de la novela 'La Gaviota', para gestionar su publicación en una revista de París. Se propuso que se publicara en castellano, aunque ella no sabía nada al principio. Finalmente se publicó por entregas y con muchísimo éxito en 'El Heraldo de Madrid' como folletín entre mayo y junio de 1849.

Cuenta Padre Coloma que para buscar un pseudónimo miraron periódicos que había sobre la mesa, para buscar un nombre cualquiera y encontraron un asesinato cometido en un pueblo de la Mancha. Le gustó el nombre por su "sabor antiguo y caballeresco", Fernán Caballero.