Paralelismos
La firma de opinión de la catedrática de Trabajo Social y Derechos Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha, María José Aguilar
Paralelismos
04:37
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1698067947930/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Albacete
Tendemos a pensar que lo que ocurre en el país en que vivimos tiene un carácter singular y único. Que los acontecimientos sociopolíticos que suceden en España: o son algo propio y exclusivo de nuestra idiosincrasia política como país, o son algo que tiene que ver o se relaciona con la Unión Europea, que es el marco que delimita gran parte de nuestra gobernanza como sociedad.
Dicho en otras palabras, nuestra perspectiva suele ser bastante estrecha: cuando no nos miramos el ombligo lo más lejos que miramos es hacia el norte occidental (en el sentido geopolítico del término). Nuestra miopía y nuestras anteojeras nos impiden ver no pocos paralelismos entre lo que aquí sucede y lo que acontece a miles de kilómetros, en la dirección del Sur-Global (ese término también geopolítico, que no geográfico).
Hace unas horas hemos conocido los resultados de las elecciones en Argentina.
Argentina es un régimen presidencialista, a diferencia del español que es parlamentario. Lo que significa que allí la gente elige directamente a su presidente, mientras que aquí lo eligen los parlamentarios. Pero aparte de esa diferencia, en los resultados de nuestras elecciones del 23 de julio y las de ayer en Argentina, yo observo bastantes parecidos:
- Que allí y aquí todos los medios y encuestas daban como ganadora a la derecha más reaccionara e iliberal, y que en ambos países los pronósticos y oráculos mediáticos han sido desmentidos por la realidad.
- Que en ambos países la ciudadanía se ha movilizado, a pesar del machaque constante contra sus gobiernos y las sucesivas crisis, para frenar la amenaza que supondrían para el estado de derecho y las libertades civiles, para los derechos sociales y para la convivencia, unos gobiernos ultra reaccionarios y ultra capitalistas.
- Que en ambos países el voto de las mujeres ha sido decisivo para frenar (de momento) el retroceso que las políticas de PP-Vox -en España- y de Milei -en el caso de Argentina- implican para nosotras.
- Que en ambos países queda por jugarse el último y definitivo asalto del combate, cuyo resultado amenaza la democracia misma: en Argentina sabremos dentro de un mes quién gana la segunda vuelta (si Massa o Milei) y aquí sabremos si se forma un gobierno plurinacional más o menos progresista, o si se repiten las elecciones.
Si dirigimos nuestra mirada hacia el Este geográfico, la masacre y el genocidio del pueblo palestino, que el gobierno sionista de Israel está cometiendo con total impunidad porque los países del Norte-Global (es decir Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros) lo solo no lo están condenando sino que lo están apoyando, no es algo nuevo ni de ahora. Llevamos así más de 70 años. Solo que ahora el exterminio del pueblo palestino podría ser total.
En muchos lugares del mundo las personas de a pie podemos experimentar la sensación de impotencia frente a esta barbarie, debido a la hipocresía de nuestros gobernantes que, con su doble discurso, condenan unos mismos hechos o los apoyan y financian, según se produzcan en un lugar u otro.
Pero también en muchos lugares del mundo, a pesar de la represión gubernamental que intenta dificultar a la ciudadanía que condene el genocidio contra el pueblo palestino, la gente de muy diversa ideología, religión y procedencia, sabemos que es urgente e imprescindible reclamar y exigir a nuestros gobiernos que actúen de acuerdo al Derecho.
También en Albacete, nuestro pequeño lugar en el mundo, la semana pasada tuvo lugar una numerosa concentración de denuncia de la masacre y de apoyo al pueblo palestino. Una concentración donde hablaron varias personas de diferentes países y procedencias, en la que hubo más diversidad que en cualquiera de las manifestaciones que se organizan en la ciudad. Y donde, al final, justo antes de que la gente se dispersara, quiso tomar la palabra un joven norteamericano judío, que explicó su condena de este genocidio y nos hizo comprender a todas que el sionismo es antisemitismo, y que no hay que confundir el judaísmo como religión con el sionismo. Del mismo modo que no hay que confundir el islam como religión, con el estado islámico.
En lo que a movilizaciones sociales se refiere, por parte de quienes nos negamos a ser cómplices de la deshumanización de otros, los paralelismos entre Albacete y muchos otros lugares de España, y muchísimos otros lugares del mundo, es algo que hoy me parece necesario resaltar.
Porque es mucho más lo que nos une que lo que nos separa a los seres humanos. Por más que tantos poderosos se empeñen en lo contrario.