El ministro de la calle 'ancha'
El profesor universitario e investigador Javier López Galiacho rememora la figura y la infancia en Albacete del ministro José Luis Escrivá Belmonte, que asume la cartera de Transformación Digital
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El Ministro de la calle 'ancha'
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Albacete
Tenía la completa certeza de que Pedro Sánchez no iba a prescindir de la mejor cabeza del consejo de ministros como es la del albacetense José Luis Escrivá. Y da igual el ministerio encomendado porque la opinión, el juicio del albacetense Escrivá, Pedro Sanchez lo tiene muy en cuenta y desea tenerlo a su lado y ya veremos si en un futuro próximo no le encomienda tareas de más altas responsabilidades en la estructura del Estado.
Creo sinceramente que su permanencia en el ejecutivo no solo es una buena noticia, para él, su familia y amigos, entre los que me encuentro, sino también para nuestra ciudad y provincia que tendrá un ministro de “Albacete, Albacete”, como decimos los y las albacetenses que nacimos aquí y llevamos a la tierra en el corazón.
Mi relación, la de mis hermanos, la de mis padres, con Escrivá y su familia se remonta muchos años atrás. Su padre, Joaquin Escrivá, era un conocido médico traumatólogo y compañero de los varios López-Galiacho dedicados a la medicina en aquel Albacete.
En los años 70 mi padre compró un terreno a don Joaquin Escrivá para levantar al lado de su amplia casa de verano, nuestro chalé, ubicados ambos entre el camino de las animas y el camino de los Molinicos, allá donde la ciudad se extiende entre la carretera de Jaén y la de Barrax.
Jose Luis Escrivá, por esa cercanía, pasó a ser protagonista muy destacado de nuestra patria de la infancia. Durante el invierno, aunque él iba al colegio san Fernando del parque y nosotros a los salesianos, compartíamos juegos en su casa natal de la calle ancha de marques de Molins, arriba del estanco de perico junto al edifico de los Belda y de Legorburo.
Muchas tardes junto a mi hermano Juan Luis, íbamos con José Luis al viejo y cercano cine productor, a las matinales del Astoria, a los billares del casino de la calle concepción o desde su casa vimos muchas cabalgatas de feria.
En esa patria de la infancia, el tiempo se extendía infinitamente en nuestra estancia de verano en los dos chales vecinos. José Luis venía a jugar al tenis a nuestro chalet o a bañarse en la piscina. Y nosotros nos íbamos al improvisado campo de futbol de verdín de los Escrivá a jugar múltiples partidos o a inventarnos juegos nocturnos como los de aquellos policías y ladrones escondidos entre sus amplias hectáreas de manzanos plantados en la huerta de los Escrivá por aquel encargado suyo que fue el recordado señor Fructuoso.
También recuerdo aquellas mañanas a la fresca junto a José Luis en su terraza leyendo la prensa del día que traían de Albacete, en su viejo seat 127 o en el 600, tanto su padre Joaquín como su madre Mercedes Belmonte, por cierto, una mujer listísima y señorial.
Como olvidarme de esas noches con sonidos de grillos y el violín de fondo de su padre, Joaquín, mientras que los hermanos Galiacho (Juan Luis, Alvaro, Nacho y quien les habla y escribe), junto a los hermanos Escrivá (Rafael, Joaquín, Mercedes, Marina y el propioJose Luis) y quien luego sería su cuñado Manolo Gonzalez de la Aleja, compartíamos esas confidencias propias de cuando el tiempo se abría solo por delante, sin qué pasado alguno condicionara entonces nuestras vidas.
Como tampoco olvido las charlas con su padre Joaquin Escrivá hablando de aquel Albacete Balompié que él presidio de 1953 a 1955.
Luego llegó el tiempo del instituto y Jose Luis estudió brillantemente el BUP y COU en el mismo instituto del campo fútbol donde lo hicimos nosotros, y allí un maestro de la filosofía llamado Rafael Garcia Moreno, ya avistó que aquel joven llegaría muy lejos.
Virtud que todos intuíamos porque pronto llegaron los veranos de José Luis estudiando y formándose en Alemania, el desplazamiento de su familia a vivir en la calle Marqués de Zafra de Madrid, su formación brillante como economista en la Complutense, su noviazgo con la mujer de su vida, Carmen, madre de sus dos hijos, y su etapa como jefe de estudios del BBVA, su estancia en la alta banca mundial y luego en la presidencia de AIrEF
En este ultimo tiempo como ministro de Seguridad Social del gobierno de España, comimos con José Luis Escrivá un par de veces junto a mi hermano Juan Luis, contemporáneo por cierto de Jose Luis en año de nacimiento.
Estos encuentros entre viejos amigos, o mejor dicho reencuentros, cuando vienes de la patria de la infancia, es como si todo fuera de ayer mismo, recordando el tiempo pasado, pero tan bien el presente y el futuro de Albacete, y nos comprometimos a volver a pisar juntos el Carlos Belmonte donde pasó tantas tardes de su infancia junto a su padre expresidente disfrutando de las leyendas del Albacete Balompié como Juanito Monroy, Leo, Landete o Aviles.
Me siento muy orgullos como amigo y como albacetense de que José Luis Escrivá siga en el gobierno de España. No anda la política sobrada de cabezas tan elevadas como la de este albacetense de pro, de la calle de Ancha.
Tengo la plena convicción queridos amigos de Radio Albacete que, desde el gobierno de España José Luis Escrivá, el ministro de la calle Ancha, como me gusta llamarlo, ayudará a Albacete a su ciudad y a su provincia a seguir creciendo en su presente, mientras construye su futuro. Les dejo un dato final que lo confirma. No hace mucho nos saludamos en el Senado de España, me acompañaba la senadora entonces Donelia Roldán, y tras darnos un abrazo entrañable, lo primero que me preguntó era como iba la declaración del TC como patrimonio mundial ante la UNESCO. Por cierto, hoy antes de saber que era de nuevo ministro le envié un mensaje comunicándole que la mesa por el Teatro Circo como patrimonio mundial se había ya constituido
José Luis, amigo, Albacete se felicita de que uno de los nuestros, “uno de Albacete, Albacete”, se siente en el consejo de ministros del gobierno de España.
Un abrazo de tu paisano desde esa patria nunca perdida que fue nuestro infancia que tuvo un escenario único y privilegiado: aquel Albacete de los 60 y 70.