Mireia Rodríguez vive una nueva etapa en su vida en Grecia. Esta catalana está acostumbrada a vivir fuera de casa y tras hacer historia en el Club Balonmano Albacete, ahora milita en el equipo heleno del Pas Lamia 1964 y entrena con el equipo masculino Espartanos, que milita en Primera Nacional de la Liga griega de balonmano.

En una entrevista en SER Deportivos Albacete, Mireia destaca que "al final da igual que tus compañeros sean chicos o chicas, entiendo que en el deporte si tienes nivel suficiente puedes jugar, el balonmano griego es algo diferente al español porque aquí se fomenta algo más el contacto físico mientras que en España prima más el nivel técnico".

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Tras vivir en Logroño, ciudad en la que nació su hijo Leo que ahora tiene 5 años de edad, Mireia Rodríguez tuvo que desplazarse hasta Albacete debido al fichaje de su marido, el futbolista Rubén Martínez por el equipo manchego que fue pieza clave en el ascenso del club blanco al fútbol profesional.

Mujer pionera con un marido futbolista

En la capital manchega, la jugadora catalana hizo historia ya que tras largas conversaciones, la Federación Española de balonmano aceptó su petición de poder jugar en un equipo masculino y se convirtió en la primera mujer de este deporte en España en disputar una liga con un combinado sénior masculino.

Mireia recuerda su etapa en Albacete destacando que "tuve unos grandes compañeros, me hicieron sentirme una más del equipo y en Guadalajara en la primera jornada

"Esta última experiencia en Albacete fue una cosa inesperada y realmente muy gratificante porque era una experiencia que yo no había vivido y es la que más he disfrutado. Además, mis compañeros se portaron genial conmigo, yo era un componente más".

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Fue en Guadalajara, cuando Mireia fue protagonista con su equipo en un partido correspondiente a la Segunda División territorial castellano-manchega frente al Cabanillas, marcando gol y siendo la primera mujer que conseguía anotar en un encuentro disputado por hombres en un partido en el que finalmente su equipo acabaría ganando el encuentro.

La jugadora catalana reconoce que "estuve muchos días saliendo en prensa tanto local como nacional pero tengo un gran recuerdo de aquella etapa, espero ir pronto a Albacete porque es una ciudad que en mi familia le tenemos mucho cariño, en España no sabemos lo que tenemos hasta que vivimos fuera".

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Una grave lesión y una mala noticia

Pero en el mundo del deporte no todo es de color rosa y Mireia sufrió hace unas meses una de las peores lesiones. Concretamente, rotura de ligamento cruzado lo que le obligó a pasar por el quirófano y tener que perderse el resto de temporada. Además, las desgracias no vienen solas y días después, le comunicaron que no podía seguir jugando con el Club Balonmano Albacete ya que le denegaron la ficha tras aplicarse una normativa que no estaba en vigor durante la temporada anterior, una decisión que dejó muy tocada de ánimo a la jugadora catalana.

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Ahora, Mireia vive en Grecia junto a su marido, el futbolista Rubén Martínez, jugador del PAS Lamia FC de la Superliga griega y su hijo Leo. La jugadora destaca que "echamos mucho de menos España y Albacete, una ciudad muy cómoda para vivir en la que hicimos grandes amistades, ya estamos mirando el calendario para aprovechar cualquier parón en nuestras competiciones para acudir unos días a la ciudad y poder acudir al Carlos Belmonte a presenciar partidos del Albacete Balompié.