Coruchos, cimborrios y otros curiosos gentilicios de los pueblos de Cuenca

Cuenca

Recorriendo el mapa de la provincia de Cuenca encontramos gentilicios curiosos y llamativos. La mayoría se ajustan al topónimo del municipio; otros nada tienen que ver. En Hoy por Hoy Cuenca hemos conocido algunos casos conversando con Miguel Romero, profesor, historiador y escritor. Además, Modesto López nos ha contado algo más sobre el origen de los coruchos, gentilicio de Valdemorillo de la Sierra, y Gerardo Serrano nos ha explicado porqué a los vecinos de Pineda de Gigüela les llaman cimborrios.

Los vecinos de Almendros son almendruqueros, los de Arcos de la Sierra, serranos, los de Casas de Benítez, benitenses. “El origen de los gentilicios deriva de los topónimos de cada pueblo”, explica Miguel Romero, bonichero de Boniches. “Normalmente proceden tal cual de ese topónimo, pero encontramos algunos que no tienen la más mínima relación, ni siquiera en una de sus sílabas, con el lugar de origen del que proceden”.

Conquenses y cuencanos

El primer topónimo que no se ajusta al nombre actual de la localidad es el de la capital y el de todos los habitantes de la provincia de Cuenca, que son conquenses. “Según estudios de algunos investigadores, la palabra Cuenca puede proceder del término concha, como ese accidente geográfico que generan las hoces, de ahí deriva conquense”. Gentilicio este que no cruzó el Atlántico ya que los habitantes de otras Cuencas allende los mares, como la ciudad ecuatoriana de Santa Ana de los Ríos de Cuenca tienen un gentilicio como cuencanos.

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Origen latino

Los habitantes de Huete son optenses y los de Priego, pricenses. “La ciudad de Huete se llamó antiguamente Opta, en tiempos romanos, de donde deriva el gentilicio. Lo mismo ocurre en Priego”, apunta Romero. “En estos casos es la historia del lugar la que ha generado el gentilicio”.

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Los habitantes de Ledaña son ledañenses, pero en tiempos antiguos aún se referían a ellos como ildanenses, “muy poco usado ya, y que hace referencia a un lugar entre dos reinos o dos comarcas, pero no ha perdurado”.

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Gentilicios curiosos

Los vecinos de Casas de Fernando Alonso son teatineros, y muchos conocen a este pueblo como Los Teatinos, “por una comunidad religiosa llamada así, cleros regulares que estuvieron allí ubicados y que dieron origen a la población”.

Los vecinos de Casas de Haro son casasdehareños; los de Castillo de Garcimuñoz, castilleros; los de Castillo-Albaráñez, castialbarenienses, los de Cañada del Hoyo, cañuteros; los de Fuente de Pedro Naharro son fontenses, pero los de Fuentes son fuenteños. Y los de Las Majadas son majaeros, “han acopado la palabra majaderos, los que cuidan la majada, el lugar donde se guarda el ganado”, puntualiza Romero.

Samaritanos

Los habitantes de Santa María de los Llanos son samaritanos. “Es muy curioso porque no tiene relación silábica con el topónimo”, explica Romero. “Hace referencia a que esa población estaba en mitad de algo y de nada. Surge como una pequeña aldea cerca de San Clemente y ese tener que marchar de un lugar a otro para poder vivir hasta ubicarse como pueblo les hace ser ese samaritano que ayuda a los demás”.

Cimborrios

Los vecinos de Pineda de Gigüela son cimborrios o cimburrios. “En teoría serían pinarenses”, explica Gerardo Serrano, investigador de la historia de este pueblo. “Todo deriva de la iglesia que se reformó en torno a 1728 y se construyó una torre rematada con gárgolas, de las pocas que hay en la provincia de Cuenca. No sabemos por qué, los vecinos, empezaron a llamar a esas gárgolas cimborrios, que es otro elemento arquitectónico que sujeta las cúpulas de media naranja. En los pueblos de alrededor nadie los conoce como pinarenses sino como cimborrios”.

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Coruchos

Los habitantes de Valdemoro de la Sierra son valdemoreros, pero los de la cercana localidad de Valdemorillo de la Sierra son coruchos en vez de valdemorillenses. “Nadie sabe decirnos por qué tenemos este gentilicio”, apunta Modesto López, vecino y buen conocedor de la historia del pueblo. En cualquier caso apunta dos teorías: “la primera dice que viene de un pájaro que cantaba mucho y alguien dijo: ponle un caperucho a ese pájaro; la otra habla de una procesión en la que comenzó a llover y los feligreses se refugiaron bajo un caperucho”.

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