La tirolina de Cuenca estudia novedades tras un año de adrenalina y emociones

Cuenca

La Tirolina de las Hoces de Cuenca ha cumplido ya un año de saltos sobre el río Huécar, en el casco antiguo de la ciudad. Un proyecto promovido por Cristian Fernández que ha permitido ya a miles de personas vivir la experiencia de cruzar la hoz a una velocidad de unos 80 kilómetros por hora, a una altura de 120 metros para cruzar los 445 metros que separan al barrio del Castillo del camino de la Zarza, tras el Parador de Turismo. Esta tirolina doble y urbana presume de ser la más larga de Europa de esas características.

“Son entre 35 y 40 segundos de viaje por las alturas dependiendo del peso del participante y del viento que haga en ese momento”, como ha explicado Fernández en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca. “Estamos muy contentos porque la acogida del proyecto ha sido muy buena y el sentir de la gente cuando realiza la actividad es de disfrute total y eso nos hace sentirnos muy bien”.

Una sorpresa

“La tirolina sigue siendo una sorpresa”, dice Cristian. “Es verdad que muchos vienen con la reserva hecha previamente para realizar la actividad, pero es igual de cierto que hay mucha gente que, dando un paseo por el puente de San Pablo o que están hospedados en el Parador, de repente ven a dos personas sobrevolando la hoz, se sorprenden y deciden hacerlo ellos también. Sí, hay mucha gente aún que no conoce la existencia de la tirolina”.

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Máster Chef

Uno de los eventos que más publicidad les ha dado fue el salto de dos de los miembros del jurado del programa de Televisión Española Máster Chef que rodó uno de sus episodios en Cuenca con motivo de la Capital Gastronómica de España que ostentó la ciudad en 2023. “Jordi Cruz y Samanta Vallejo Nájera saltaron y les encantó y la repercusión que tuvimos fue muy positiva”, apunta Fernández.

Para todas las edades

La empresa no establece una edad mínima ni máxima para saltar solo se requiere un peso mínimo de 40 kilos y máximo de 120. A partir de ahí es la valentía de cada uno la que decidirá si saltar o no. “El pasado verano saltó un señor de Cuenca que vino a celebrar su 95 cumpleaños con nosotros”, apunta Cristian. “Es una atracción para todos los públicos. Es una tirolina disfrutona. Vas sentado, llevas una pequeña vela detrás que te regula la velocidad y te da tiempo a ver el paisaje de la hoz y de la ciudad”.

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El último momento

“Hemos tenido anécdotas de todo tipo”, relata Fernández. “Tenemos un equipo de monitores que son un poco psicólogos y que procuran quitarles el miedo y explicarles que lo que van a hacer es totalmente seguro. Pero sí es verdad que alguna persona se ha bloqueado en el último momento, con el arnés ya puesto. En ese caso, no pasa nada. No hay que forzar a nadie si no quiere. Se trata de que el salto sea una experiencia positiva”.

Novedades

“También es cierto”, explica Cristian, “que algunos que saltaron con miedo, al llegar al otro lado, han vuelto corriendo a repetir el salto. Para esas personas estamos estudiando una reducción de precio para premiar esa fidelidad de los que repiten salto en el mismo día. También trabajamos en alcanzar convenios con distintas instituciones en pro de ofrecer ofertas a grupos y a escolares”.

En invierno los saltos se realizan los sábados y domingos de 11,00 a 14,30 h y de 15,30 a 18,00 h. De lunes a viernes solo he hacen saltos para grupos de al menos veinte personas y con reserva previa.