Educar en solidaridad: los Corazones Rojos de Cruz Roja se comprometen

Cuenca

Las personas socias de Cruz Roja son clave en el funcionamiento de la organización humanitaria, ya que, gracias a su aportación, pueden seguir dando respuesta a quienes más lo necesita. Dentro de ellas, ocupan un lugar muy especial los Corazones Rojos, niñas y niños de entre 0 y 12 años que también han adquirido ese compromiso con Cruz Roja.

En Hoy por Hoy Cuenca hemos hablamos de educar en solidaridad a los niños para que de adultos sean personas comprometidas. Y lo hemos hecho con Juan Carlos García, responsable de Captación de Fondos de Cruz Roja en Cuenca, con Daniela Cantos, niña de 9 años que participa en el programa Corazones Rojos, con su madre Julia Gómez, y con Richell Naomy Ramos, voluntaria de Cruz Roja Juventud.

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Corazones Rojos

“Los Corazones Rojos son socias y socias de Cruz Roja que tienen entre 0 a 12 años de edad”, explica García. “Su significado es relevante no solo porque educarse en la solidaridad mejora las habilidades sociales y emocional de la persona, dándole la posibilidad de una vida más plena y satisfactoria, sino por lo que supone para la sociedad contar con menores más empáticos, respetuosos y comprensivos que entiendan la importancia de ayudar y colaborar con los demás”.

“Lo principal para nosotros es que vivan esta experiencia con ilusión”, continúa. “Les intentamos transmitir que forman parte de la aventura de la solidaridad que desarrolla Cruz Roja. Lo hacemos a través de varias vías, elaborando materiales con los que ellos pueden vivir como un juego esta aventura, que pueden descargarse desde nuestra web, y organizando actos en los que se les agradece y reconoce su compromiso”.

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Actos de reconocimiento

Esos actos de reconocimiento llevan dos años celebrándose aquí en Cuenca. “Se plantean en pequeños grupos para poder trabajar y hablar con todos ellos y de manera totalmente aleatoria a través de un sistema informático”, explica García. “Consisten en un acto lúdico porque queremos que la experiencia la vivan desde la ilusión. Tras entregarles un diploma y un detalle con un corazón rojo enmarcado, se les da las gracias, se les explica cómo sus aportaciones como socios mejoran las vidas de otras personas, especialmente la de otros niños que viven en situaciones más complicadas, luego se sirve una merienda y se organizan diferentes actividades como pintacaras y otros juegos”.

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Más allá de los actos de reconocimiento de la capital, “en las asambleas locales lo hemos planteado de otra manera”, matiza García, “porque el número de niños y niñas socios es menor y precisamente en esa idea de que hacerles sentir especiales que están haciendo algo muy grande como es, ayudar a los demás. Llamamos a sus progenitores para ofrecerles que voluntarios se acerquen a sus casas para darles personalmente las gracias”.

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Voluntariado

En los actos de reconocimiento juega un papel clave el voluntariado de Cruz Roja Juventud. No solo porque son los encargados de realizar todas las actividades lúdicas que este día se hacen con los niños, si no también, porque son quienes les informan de las actividades que la Cruz Roja realiza para mejorar la vida de otras personas.

Richell Naomy Ramos les explica a los niños que “ayudar a otras personas es algo que nos alegra nuestros corazones y que también ayuda a los demás”.

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Daniela

Daniela asistió al acto de reconocimiento que hizo Cruz Roja hace unas semanas en Cuenca y recuerda que le encantó “compartir la alegría con los demás niños que participaron en las actividades como pintacaras, hicimos una chapa con nuestro nombre y globoflexia”.

Julia Gómez, la madre de Daniela, es socia de Cruz Roja desde 2016. “Y lo hice porque comparto la labor que hace Cruz Roja y siempre quise aportar mi grano de arena”. Sobre que Daniela sea uno de los Corazones Rojos de la organización dice “que hay que empezar en edades tempranas a conocer este tipo de labores de ayudar y acercase a los demás. Ella estuvo muy atenta el día de las actividades. Le encantan las marchas que organizan y ella quiere ser voluntaria”.

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Compromiso con la solidaridad

Los niños aprenden a ver lo necesaria que es también su involucración para que Cruz Roja desarrolle proyectos, por ejemplo, para que niños hospitalizados tengan una estancia hospitalaria más llevadera, para apoyar a la infancia en dificultad a lograr el éxito escolar ayudándoles a realizar los deberes o para garantizar el derecho al juego de quienes no pueden recibir juguetes.

Juan Carlos García remarca la importancia de ser socio. “Es una opción, como la de ser voluntario, de contribuir a la labor que está haciendo Cruz Roja”, apunta. “Si no tienes tiempo, pero quieres contribuir a que la vida de las personas más vulnerables mejore y cambie, puedes contribuir como socio o donante”.

“Estamos orgullosos de contar con estas socias y socios tan especiales, los Corazones Rojos”, remarca García, “que vamos a seguir haciendo todo lo que esté en nuestra mano para que a través de esta fórmula contribuir a favorecer valores de solidaridad en los más pequeños y, por último, que desde Cruz Roja invitamos a quienes quieran sumarse a formar parte de este ecosistema de personas que trabajan todos los días para mejorar y cambiar la vida de las personas dentro de la fórmula que ellos prefieran y mejor el encaje”.