Votar el futuro que deseamos
La firma de opinión de la catedrática de Trabajo Social y Derechos Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha, María José Aguilar
'Votar el futuro que deseamos', la opinión de María José Aguilar
Hace dos semanas terminaba esta misma firma de opinión diciéndoles que el próximo domingo 9 de junio, nos jugamos el uso antidemocrático, ineficiente y violento de los recursos. Les decía que en estas elecciones europeas no es que nos juguemos mucho (como señalan la mayor parte de analistas políticos y periodistas de actualidad), es que nos lo jugamos todo.
Nos jugamos todo nuestro futuro, incluyendo el futuro de nuestros hijos y nietas; porque ahora no se trata de elegir entre más o menos Europa: se trata de decidir el tipo de Europa que queremos.
Se trata de decidir si queremos una Europa de guerra, colonialista y racista.
Si queremos una Europa violenta y brutal con los débiles, y totalmente servil a los intereses de Estados Unidos.
Si queremos una Europa antifeminista que erosione y elimine derechos de las mujeres, como el derecho al aborto.
Si queremos una Europa cínica e hipócrita, que dice y hace una cosa y su contraria dependiendo de a quién se aplique.
Se trata de decidir con nuestro voto si seguiremos siendo cómplices del genocidio contra el pueblo palestino. Si apoyamos a quienes continúan vendiendo y comprando armas a Israel, o si apoyamos a quienes apuestan clara y decididamente por la paz y las vías diplomáticas.
En las elecciones europeas no se elige al gobierno de Europa sino al Parlamento. Hay que recordar que, a diferencia de las elecciones estatales, en las elecciones europeas el distrito electoral no es la provincia sino cada país. Esto siempre ha sido así para que en el Parlamento europeo puedan estar representadas la mayor cantidad de fuerzas políticas y ningún partido pueda lograr la mayoría absoluta en ese parlamento. Para que siempre sea obligado pactar y negociar.
Por eso este domingo cada persona debemos ir a votar por quienes realmente nos representen, sin entrar el cálculos de voto útil o de la opción menos mala (que es algo que hacemos con frecuencia en las elecciones nacionales).
Desde aquí, hoy hago un llamamiento a la audiencia para pedirles que tomen la decisión de votar (que no se queden en casa). Y que, con su voto, apuesten por una Europa de paz y no de rearme y austericidio.
Por una Europa defensora de los Derechos Humanos, que trate con respecto a los pueblos del Sur Global y que abandone el colonialismo.
Por una Europa feminista y antirracista.
Que voten por una Europa que proteja a las mayorías con derechos sociales y servicios públicos, y no a las minorías ricas y despiadadas que todo lo convierten en negocio.
Que voten por una Europa autónoma en el terreno geopolítico, que defienda nuestros intereses y deje de ser un títere de los intereses norteamericanos.
Que voten sólo por quienes de verdad están dispuestas a hacer todo lo necesario para detener el genocidio contra el pueblo palestino.
Porque buenas palabras pueden tener muchos partidos, pero sabemos que las palabras se las lleva el viento y lo que realmente cuenta son las acciones. Por eso les pido que voten por quienes hacen lo que dicen, sin importar el precio político que por ello tengan soportar.
Porque el próximo domingo nos jugamos todo nuestro futuro y el de las siguientes generaciones, yo votaré a Podemos.