El turismo rural de Castilla-La Mancha confía en poder alcanzar el 90% de ocupación este verano

Toledo

La primavera y el otoño suelen ser la época alta para el turismo de Castilla-La Mancha. Verano es una época para playa (aquí no tenemos), o montaña (algo sí que tenemos en la región).

El caso es que casas rurales y campings con piscinas, zonas de baño de interior, la buena gastronomía, el patrimonio y las zonas de sierra donde, se está un poquito más fresquito, están haciendo que el verano no sea tanta temporada baja para el turismo de nuestra región.

En el programa El viaje empieza aquí hemos hablado con Patricia Plaza, presidenta de la Asociación de Turismo Rural y de Interior de Castilla-La Mancha ('INTurismo CLM'). Asegura que la previsión para agosto es bastante buena y un poquito menos para este mes de julio. En cualquier caso dice que las perspectivas son similares o "ligeramente inferiores" a las del pasado año.

Añade que el 60% del verano ya está reservado en los alojamientos de turismo rural de la región, especialmente en fines de semana, para también semanas sueltas dependiendo del lugar. Eso sí, afirma que tienen el objetivo de poder llegar al 90% de ocupación durante esta época estival.

Sobre qué buscan las personas que nos visitan en verano, la presidenta de 'INTurismo CLM' dice que zonas donde no haya playa, enoturismo, patrimonio, turismo cultural y también zonas de baño de interior y naturaleza. Sobre el perfil de estos visitantes, despende de la zona, pero principalmente vienen de Madrid, Cataluña y País Vasco, pero también en la parte de la provincia de Toledo llegan muchos visitantes de Cáceres o desde la Comunidad Valenciana en el otro extremo de la región.

Patricia Plaza reconoce un incremento en el turismo rural de Castilla-La Mancha desde la pandemia, un tipo de turismo que va creciendo por esas reuniones de familias o amigos que buscan un lugar tranquilo para reunirse y que los niños puedan estar sin peligro a lo que se añade la calidad que tienen este tipo de alojamientos.

La otra clave es comer bien, porque en todos los destinos hay sitios donde hay restaurantes o paltos típicos de calidad y además se hace con la tranquilidad que ofrece el turismo rural y que hace que algo tan sencillo se convierta en un auténtico lujo.