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La tarasca y el vate: tradiciones recuperadas en Torrejoncillo del Rey

Esta localidad de la provincia de Cuenca saca a la calle este monstruo mitológico en sus fiestas de San Blas

La tarasca de San Blas y el vate: tradiciones recuperadas en Torrejoncillo del Rey

La tarasca de San Blas y el vate: tradiciones recuperadas en Torrejoncillo del Rey

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Cuenca

Torrejoncillo del Rey (Cuenca) ha recuperado en los últimos años una fiesta antigua: la tarasca. Asociada a las fiestas de San Blas, este ser mitológico recorre las calles del pueblo en los primeros días de febrero. En el espacio La Memoria de la Tierra que coordina Eduardo Bollo de Vestal Etnografía, y que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca, hemos conocido esta historia.

La Tarasca es una figura mitológica con apariencia monstruosa, mezcla de varios animales: con patas de caballo, torso de buey, caparazón de tortuga, cabeza de león y una cola escamosa con aguijón de escorpión. Su origen no es español, sino que proviene del sur de Francia, donde se la asociaba con el mal.

La leyenda

La leyenda cuenta que en el siglo I, en los bosques cercanos a la villa de Tarascón, la bestia aterrorizaba a los aldeanos hasta que Marta de Betania, discípula de Jesús, la domó y la condujo a la ciudad. A pesar de su conversión al bien, los aterrorizados habitantes mataron a la Tarasca, lo que provocó el arrepentimiento colectivo tras un discurso de Marta. Este episodio marcó la conversión del pueblo al cristianismo y se recoge en textos medievales como La Leyenda Áurea.

Boceto de la Tarasca para el Corpus de Madrid de 1749. Obtenido de la Biblioteca Digital de la Memoria de Madrid.

Boceto de la Tarasca para el Corpus de Madrid de 1749. Obtenido de la Biblioteca Digital de la Memoria de Madrid.

A partir del siglo XV, la fiesta de la Tarasca se extendió por diversas ciudades de España, ligándose especialmente a las celebraciones del Corpus Christi. En Toledo, hay registros de una Tarasca en 1507, y la tradición continuó expandiéndose a lugares como Granada, Alcalá de Henares, Barcelona, Madrid y otras ciudades españolas. Incluso llegó a América durante el siglo XVI.

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Esta fiesta también ejemplificaba el sincretismo entre el cristianismo y las antiguas creencias paganas, buscando unir o desterrar dichas creencias al representarlas como el mal.

La tarasca de Torrejoncillo del Rey

En Torrejoncillo del Rey, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, la Tarasca está vinculada a la festividad de San Blas, el 3 de febrero. La Cofradía de San Blas, establecida en 1594, probablemente integró esta figura a su celebración desde finales del siglo XVI. Según la tradición, el monstruo "residía" durante todo el año en la mina de Lapis specularis ‘La Mora Encantada’, hasta que el día de San Blas, domada por un acompañante, recorría las calles del pueblo asustando a niños y niñas.

Hoguera de las fiestas de San Blás en Torrejoncillo del Rey en el año 2016.

Hoguera de las fiestas de San Blás en Torrejoncillo del Rey en el año 2016. / Sergio Rubio

El vate

La figura de la Tarasca en Torrejoncillo, una especie de armazón que antiguamente se construía con huesos de mula, es portada por varios jóvenes que dan vida al monstruo. Además, en esta localidad destaca la figura del "vate", un vecino encargado de componer y recitar versos con un tono festivo, llenos de críticas sociales y políticas.

Estos versos no solo entretenían, sino que también funcionaban como una forma de expresión pública. Vates famosos como Francisco Cuenca o Anastasio Barranco son recordados por su habilidad para mezclar cotilleos con comentarios políticos.

La Tarasca de Torrejoncillo del Rey en el año 2016.

La Tarasca de Torrejoncillo del Rey en el año 2016. / Sergio Rubio

Prohibiciones eclesiásticas

A lo largo de los siglos, las fiestas de la Tarasca fueron desapareciendo de muchas ciudades debido a prohibiciones eclesiásticas y reales, como la orden de Carlos III en 1772 de cesar estas celebraciones en Madrid. Sin embargo, en algunos lugares como Torrejoncillo del Rey, lograron sobrevivir, aunque no sin dificultades.

Recuperar la fiesta

La fiesta de la Tarasca de este pueblo dejó de celebrarse en los años 90, pero fue recuperada en 2016 por la Asociación Cultural Alonso de Ojeda. Actualmente, a pesar de la despoblación y las complicaciones derivadas de la pandemia, la tradición persiste gracias al esfuerzo de los vecinos.

La Tarasca, que en sus orígenes simbolizaba la victoria del bien sobre el mal, ha evolucionado en Torrejoncillo para convertirse en un espacio de libertad de expresión, donde los vates, con sus versos, continúan una tradición que combina sátira, crítica y celebración.

Paco Auñón

Paco Auñón

Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...

 
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