El año nuevo no empieza el 1 de enero

Toledo

Para mi, para las personas que se dedican a cultivar las tierras, el año nuevo no empieza el 1 de enero. Para muchos de nosotros, por ejemplo, cerealistas, empieza ahora, en cuestión de 20 días, el 1 de noviembre es nuestro pistoletazo de salida.

Puede parecer curioso cuanto menos, pero nuestros cálculos y previsiones..nuestra particular cuesta de enero empieza en breve. Organizamos nuestro trabajo, y por supuesto nuestras vidas, en función de siembras y cosechas. Consultamos el calendario cada vez que tenemos que ir a un evento, para asegurarnos de que no nos coincide con algo importante, y ya les aviso, que a nosotros nos coincide.

Concebimos nuestras vidas con un ojo mirando al futuro y con otro ojo mirando al cielo. Nuestros días se organizan en función de un plan de trabajo detalladamente calculado y debatido, que en muchas ocasiones, se desbarata por cualquier circunstancia.

Quién nos iba a decir que encontrarte con otros agricultores en mitad de la nada y charlar del día previsto iba a ser tan importante, que una tormenta de ideas a pie de rastrojo entre jóvenes y mayores nos iba a salvar de tantas cosas.

El compañerismo entre nosotros iba a ser vital para nuestra supervivencia, compartir conocimientos, de los de antes y de los de ahora. Especialmente para la gente más joven, que a veces se nos olvida dejar la tecnología y simplemente observar lo que nos rodea con atención.

Para muchos de nosotros, nuestro 31 de diciembre equivale al 31 de julio, sí, es cierto, tras unos meses de larga espera, las tareas de siega, empacado y selección de semilla, se han terminado, ¡qué alivio!.

Pero no descansamos. Al día siguiente, a trabajar a igual, porque siempre hay algo pendiente que hacer. Adoramos lo que hacemos, con todo lo que implica, porque elegimos con mucho gusto esta vida, con todo lo que conlleva.

Qué se le va a hacer, así somos los cerealistas.