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Cáritas Cuenca acompaña hacia una nueva vida a las personas sin hogar

Jhon Mario y Adrián son dos personas en situación de sin hogar a las que la ONG católica presta sus recursos para su reinserción social

Cáritas Cuenca acompaña hacia una nueva vida a las personas sin hogar

Cuenca

El último domingo de octubre se celebra el Día de las Personas Sin Hogar. Con motivo de esta fecha Cáritas Diocesana pone en marcha la campaña Caminemos juntos “porque el camino es muy duro y muy doloroso para las personas que, muchas veces, son invisibles en nuestro día a día”, apunta Mari Mar Ramírez, secretaria de Cáritas Cuenca. “Pasamos por la calle y no nos damos cuenta de que están ahí ejerciendo la mendicidad. Son personas con sus derechos y sobre todo con su dignidad. Se merecen un respeto y que les miremos como personas que son”.

Para conseguir esos objetivos, la ONG católica se acerca a ellos “desde su dignidad y tratándoles como personas, intentando cubrir sus necesidades básicas e insertarles en la sociedad. Están excluidas, no tienen trabajo, no tienen un techo, no tienen una familia, no tienen un hogar, que es lo que todos anhelamos. Intentamos construir un hogar con ellos”.

Adrián

Adrián tiene 24 años, es de Cuenca y actualmente es usuario de los recursos de Cáritas para las personas sin hogar donde está estudiando un curso de Atención Sociosanitaria. “Me gustaría alcanzar una vida independiente, trabajo, casa propia, formar mi familia”, dice.

Este joven conquense llegó a una situación de sin hogar “por el problema de salud mental que tengo y por el que tuve que salir de casa por problemas de convivencia”. Así llegó al Centro de Alojamiento de Urgencia después de haber pasado “un par de noches durmiendo en el coche”.

Esto ocurrió el pasado verano, “pero ya había estado saliendo y entrando de mi hogar desde hacía tiempo. Antes tenía recursos económicos para alquilarme algo, pero esta vez tuve que recurrir a Cáritas”.

“Los primeros días fueron complicados”, confiesa Adrián. “Estaba bastante triste, sin ánimos, sin esperanza, pero cuando ves que te van ayudando, todo cambia a pensar que vas a ir a mejor y que de esta también se puede salir”.

“El escalón que separa a una persona de ser un sin hogar es más pequeño de lo que pensamos”, apunta Ramírez. “Puede ser un alto ejecutivo al que se le despierta una enfermedad mental, rompe con su familia, pierde el trabajo, termina con los ahorros, se le dispara alguna adicción y, de buenas a primeras, está en la calle. Personas migrantes, refugiados que llegan al aeropuerto de Barajas y no tienen dónde ir. Tienen para pagar una pensión un par de meses, sus compatriotas les acogen temporalmente, pero no tienen permiso de trabajo, no pueden trabajar, no tienen ingresos, no tienen vivienda. Este es un perfil muy emergente”.

Jhon Mario y Adrián reciben el acompañamiento de Cáritas Cuenca en su camino hacia la reinserción social.

Jhon Mario y Adrián reciben el acompañamiento de Cáritas Cuenca en su camino hacia la reinserción social. / Cadena SER

Jhon Mario

Jhon Mario tiene 28 años, es de Santiago de Cali (Colombia) y es bailarín y campeón mundial de salsa. Llegó a Cuenca a finales de noviembre de 2023 y encontró en el Centro Residencial de Cáritas “una familia”, dice. Salió de su país en 2019 víctima de homofobia. “Salí sin querer volver”, confiesa. Compaginando algunos trabajos de bailarín en hoteles, pasó por Turquía y Egipto, país en el que sufrió una agresión “por xenofobia y homofobia y caí de un quinto piso”, relata. A pesar de su primera intención regresó a Colombia. “Y me vi de nuevo bajo amenazas”, dice. Fue entonces cuando puso la vista en España.

Llegó a Cuenca “por una amiga colombiana que vivía acá y que me acogió varios meses hasta que volvió su hermana y ya no pude quedarme en su casa. Le estoy muy agradecido”. Jhon Mario durmió cinco noches en los parques de la ciudad antes de llamar a la puerta de Cáritas. “Si ven a alguien en la calle, como yo me he visto, no piensen que siempre es porque sea un drogadicto, a veces hay experiencias muy duras detrás”.

Mari Paz Ramírez, secretaria de Cáritas Cuenca.

Mari Paz Ramírez, secretaria de Cáritas Cuenca. / Cadena SER

Recursos de Cáritas

“Cada persona que llama a la puerta de Cáritas es acogida, acompañada y protegida”, matiza Ramírez. Cuentan con un primer recurso: el Centro de Alojamiento de Urgencia del Ayuntamiento, que gestiona Cáritas, y que cuenta con diez plazas. Ahí la persona puede estar de tres a siete días.

“Si desea parar e iniciar un camino nuevo para salir de su situación de sin hogar, podría estar más tiempo hasta que se encuentre el recurso más adecuado”. Adrián llamó a esa puerta. “Me enseñaron las instalaciones, me explicaron las normas y los recursos a los que me podía acoger”, como el Centro Residencial de Cáritas con estancias de hasta dieciocho meses “donde damos cobertura a personas y a familias con menores”, apunta Ramírez. “El año pasado nacieron aquí dos bebés que, si no hubieran estado en un recurso como este, su situación sería totalmente distinta”.

Querer parar

Las personas sin hogar suelen estar en tránsito, deambulan de ciudad en ciudad en las que pasan temporadas para continuar hacia otra. Pero algunas de ellas deciden detenerse y acogerse a la ayuda de Cáritas para volver a empezar. “Para nosotros eso es lo ideal, que la persona quiera parar. Ahí se despliegan todos nuestros recursos. Iniciamos conversaciones con los servicios sociales municipales y se busca el recurso más adecuado a la persona, dependiendo de la situación”, apunta Ramírez.

No será lo mismo si esa persona tiene conductas adictivas, si tiene un problema de salud mental o si no tiene ninguna de estas patologías y decide iniciar un proceso de formación. Es entonces cuando acceden al Centro Residencial de Cáritas “y trabajamos con ellos todos los aspectos: familiar, social, sociolaboral, inclusión, jurídico, administrativo”, enumera Ramírez.

“Actualmente no soy la misma persona que era dos o tres años atrás”, confiesa Jhon Mario. “Ahora veo el futuro como algo grande porque tengo que saber aprovechar mis virtudes. Estoy totalmente dispuesto para ejecutar mi arte con aún más pasión y valentía que antes. Aquí puedo ser libre. Siento que cada brillo que emito es con luz propia y Cáritas ha sido gran parte de ayuda en ese proceso que he vivido”.

Afortunadamente esos casos de personas que deciden parar sí se dan. “Y lo consiguen”, matiza la secretaria de Cáritas Cuenca. “Después de un acompañamiento por un itinerario que suele tener altibajos, con el trabajo de todos, podemos llegar a decir que, si la persona quiere y pone su empeño, nosotros estamos aquí para acompañarle”.

Jhon Mario y Adrián llamaron a las puertas de Cáritas Cuenca ante su situación de sin hogar.

Jhon Mario y Adrián llamaron a las puertas de Cáritas Cuenca ante su situación de sin hogar. / Cadena SER

Personas atendidas

Cáritas ha atendido en lo que llevamos de 2024 a 438 personas en el Centro de Alojamiento de Urgencia, 383 hombres y 55 mujeres. Son datos muy parecidos a los que la ONG baraja en toda España: dos de cada diez son mujeres y la mitad, de nacionalidad española. “El número de mujeres va en aumento año a año”, matiza Ramírez. “La mujer en situación de sin hogar es muchísimo más vulnerable que el hombre”.

Y otro dato: “De las 438 personas atendidas hasta septiembre, 87 llegaron a Cáritas por primera vez. Es un dato muy alto y alarmante. Tendremos que analizar qué está pasando para que la persona vaya a una situación de excursión severa en un corto periodo de tiempo y no pueda salir de ahí”.

Por los Centros Residenciales de Cuenca han pasado 43 personas. Son datos hasta el mes de septiembre. “Solamente en los primeros días del mes de octubre, 18 personas llamaron a la puerta del Centro de Alojamiento de Urgencia y, por estar lleno, se quedaron en situación de calle”, explica Ramírez.

El lema de la campaña de las personas sin hogar de Cáritas de este año es 'Caminemos juntos'.

El lema de la campaña de las personas sin hogar de Cáritas de este año es 'Caminemos juntos'. / Cadena SER

Personas en la calle

En Cuenca hay entre 20 y 25 personas durmiendo en la calle. “Son personas que pueden tener una infravivienda o están hacinadas. Solo hay que salir a la calle a partir de las diez de la noche y vemos a gente durmiendo en cajeros. Suelen tener algún problema de salud mental o algún tipo de adicción. O las dos cosas a la vez, lo que complica la situación mucho más”.

“Ahora estoy bastante bien mentalmente. Me quiero, lucho por mis sueños, por lo que quiero conseguir. Duele el pasado pero se va olvidando”, dice Adrián, a quien le gustaría trabajar “de Técnico en Emergencias Sanitarias o dando charlas de salud mental. Lo que me ha pasado a mí le puede pasar a cualquier persona. Un día estás bien y al otro pierdes el trabajo o discutes con la familia. No sabes por donde te puede venir”.

Mirar a los ojos

"La sociedad tiene miedo y rechazo ante las personas sin hogar por el desconocimiento”, apunta Ramírez. “Miedo porque piensan que les pueden hacer algo. Al contrario, son personas en una situación muy dramática. La mayor humillación que se le puede hacer a una persona es que pierda su dignidad. No pensar que tiene sus plenos derechos independientemente de la situación que están viviendo”.

“Desde Cáritas queremos hacer un llamamiento para que seamos conscientes y que nos atrevamos a mirar a los ojos a estas personas que vemos en nuestras calles”, concluye Ramírez. “Muchas veces estamos tan acostumbrados a verlos en la puerta del supermercado que, pasamos por ahí y ni siquiera somos conscientes de que están. Los vemos como si fueran una papelera, no como una persona”.

Paco Auñón

Director y presentador del programa Hoy por Hoy...