Voluntarios y vecinos unidos en la reconstrucción de Mira tras la riada por la DANA
La localidad conquense continúa las labores de limpieza de calles y evaluación de daños
Voluntarios y vecinos unidos en la reconstrucción de Mira tras la riada
Cuenca
Las calles de Mira poco a poco recuperan el color de los adoquines, del asfalto. Varios operarios se afanan en limpiar el barro con mangueras que echan agua a presión. Esta localidad de la Serranía Baja de Cuenca se vio afectada por una fuerte riada en la madrugada del pasado 30 de octubre. Una mujer de 88 años perdió la vida al entrar el agua en su domicilio. Unas 50 personas fueron rescatadas la mañana siguiente de los pisos altos de sus viviendas y de los tejados por efectivos de la Guardia Civil y de la Unidad Militar de Emergencias (UME), 14 de ellas a través de un helicóptero.
El río Ojos de Moya que pasa por la parte baja del casco urbano arrasó con bajos y garajes de la calle por la que pasa y de las dos paralelas. En algunas viviendas el agua llegó a los primeros pisos. Por debajo todo estaba anegado.
Viviendas en ruinas
Un primer estudio llevado a cabo por arquitectos voluntarios coordinados desde la demarcación en Cuenca del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Macha apunta a que se vieron afectadas cien viviendas de las que un 10% quedaron en ruina y un 40% necesitan alguna rehabilitación. El resto solo sufrieron inundaciones y pérdida de muebles o vehículos.
En la parte baja del pueblo afectada por la riada se encontraban también algunos locales de ocio como el bar El 5º Pino. En el sótano, que se llenó totalmente de agua. “Han sacado ya 30.000 litros de agua”, nos cuenta Rosa, su propietaria. “Teníamos dentro dos coches, motos, la calefacción, el bar de mis padres, las sillas, las mesas, todo”.
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Más afectado está el Jardín de Ochando, al otro lado del puente por el que pasa la carretera que llega desde Cuenca pero en la misma orilla del río. “Es un local de conciertos con terraza. Y mi casa”, dice su propietario, Francisco Ochando, al borde de las lágrimas, frente a la desolación que ha dejado la riada en “lo que era la casa de mi abuelo, la de mis padres y ahora la nuestra a la que nos trasladamos desde Valencia hace siete años. Trabajo en televisión, viajo por todo el mundo y siempre sueño con volver a este sitio. Y ahora ya no está”.
La puerta verde que definía al local tampoco está. “Creo que hemos dado muchas alegrías al pueblo y esperemos volver a reconstruirla y que vuelva a sonar la música”, dice Francisco que no olvida la trágica noche de la riada y la angustia vivida en su casa “cuando llegó el agua a la primera planta y nos tuvimos que subir con mis niñas y mi mujer a la buhardilla”. A la mañana siguiente tuvieron que ser rescatados.
Voluntarios de toda España
Decenas de voluntarios se han acercado a Mira aprovechando el pasado puente de Todos los Santos. “El compañerismo ha sido fenomenal”, dice Rosa. “he visto gente de Portugal, de Galicia, de Pinto, de Huesca. No me lo hubiese imaginado en la vida”.
“Eso es lo que más te llega”, dice Mila, otra vecina que a la que se le inundó toda la planta baja también con vehículos y muebles. “Un día nos fuimos a casa de mis padres a comer, para que nos vieran también, y cuando volvimos a casa la encontramos llena de gente, una máquina sacando loco y no estábamos ninguno de la familia. Eso es lo que te emociona”.
Juanjo y Aurora están manchados de barro de la cabeza a los pies. Hablamos con ellos en un descanso junto al puesto de Cruz Roja donde acuden a por una botella de agua. Ambos son estudiantes de Periodismo en la Facultad de Comunicación de Cuenca (UCLM). “Intentamos ayudar en lo que se puede. Hemos estado en una casa vaciándola de enseres y en otra hemos ayudado a su propietario, a Luis, a limpiarla”. “Hemos venido por humanidad. Esto nos afecta a todos y hay que poner de nuestra parte. Compramos guantes, pedimos botas de agua y aquí estamos. Es algo increíble. Está claro que cuando las personas se unen funciona”.
Para Juanjo, Aurora y sus compañeros, este voluntariado puede ser algo nuevo. No así para Perico Navarro y los otros miembros de Cruz Roja que se han desplazado desde su sede en Minglanilla a Mira. “Estamos haciendo apoyo logístico, darle al personal lo que necesite, desde atención y una botella de agua hasta bocadillos”, explica Perico. “Además, ha habido algunas asociaciones que nos han traído macarrones, ensaladas, empanada. Nos encargamos de que todo el mundo tenga comida”.
Poco a poco
La alcaldesa de Mira, Mirian Lava, a quien encontramos a pie de faena, explica “que ya se ha avanzado mucho en las labores de desescombro y limpieza viaria del pueblo, aunque todavía quedan por hacer muchas cosas, como reconstruir edificios y viales públicos y profundizar en la reparación del alcantarillado. El Centro de Salud ha quedado inutilizado y la atención sanitaria se está prestando en el antiguo”.
La alcaldesa, que días después de la catástrofe todavía tiene “problemas de sueño”, dice y que se asusta cuando ve que se pone a llover, “como le sucede a muchos de sus vecinos del pueblo”, sí confirma que “el consumo de agua corriente en el pueblo es seguro, el alumbrado público se ha recuperado en un 90% y hay luz en las viviendas”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...