Algoritmo

Toledo

Buenos días, Carlos. Buenos días oyentes.

Hoy va la cosa de móviles. Sí, sí, de dispositivos, smartphones o como diablos le llamen ustedes al teléfono que todos tenemos y que seguramente usamos demasiado y no de la mejor manera.

Imagino que el suyo está como el mío: llenito de unos ventanucos luminosos, conocidos por el estúpido nombre de “Apps”, que nos ofrecen una cantidad exorbitante de posibilidades para organizar nuestra vida diaria y evitar eso tan pasado de moda de pensar, aburrirnos o soñar despiertos.

Pues bien, aunque no sea yo especialmente habilidoso en el uso del móvil, hoy me voy a permitir sugerirles una de esas aplicaciones que desde hace ya tiempo mejoran mi vida cada día y ha llegado a resultarme imprescindible.

No es gratis, cara tampoco, pero se lo advierto, les puede cambiar la vida.

El caso es que con un simple click se abre de par en par y muestra un menú casi, casi infinito y maravillosamente inabarcable de posibilidades para el entretenimiento, para la información general, para la más específica, para el apoyo al estudio, para organizar un viaje, para aprender idiomas, e incluso, para ponerse un rato al resguardo mientras la realidad cotidiana se empeña en caernos encima.

Además, si al primer vistazo no encuentras lo que buscas, dispone de un innovador sistema de ayuda al usuario, una especie de algoritmo distinto a cualquiera que hayas visto. Es muy, muy intuitivo y no sólo aporta solución a tu búsqueda, si no que es capaz de entrever cuáles serán tus siguientes inquietudes y ofrecerte, con una sorprendente empatía, las más variadas y atrevidas opciones para seguir disfrutando. Y casi siempre acierta.

Pero ahí no termina la cosa, esta aplicación te protege de virus y pirateos informáticos e incluso, qué paradoja, es capaz de apartarte un montón de horas de tu propio móvil evitando el excesivo consumo de trivialidades, bulos, memes y demás tontunas.

La aplicación está disponible en todos los idiomas y dialectos del mundo; pero eso sí, en cada ciudad, en cada barrio, la gente la nombra de una manera distinta. Aquí en Toledo, por ejemplo, la llamamos Hojablanca, Taiga, La Madriguera de Papel, Gómez-Menor, Astrolabio, Cascaborra y algún que otro nombre más, pero en general se les conoce como librerías y ayer, 11 de noviembre, fue su día.

Un abrazo fuerte a libreros y libreras, el mejor algoritmo que nadie haya podido inventar.

Hasta el martes que viene. Besos.