Salud y cambio climático: impactos y reflexiones con Fernando Valladares
El investigador del CSIC y divulgador científico analiza los desafías de la contaminación y la relación humana con la naturaleza
Salud y cambio climático: impactos y reflexiones con Fernando Valladares
Cuenca
En el espacio Escuela de Salud que coordina Beatriz Hernández, y que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca, abordamos los efectos del cambio climático en la salud humana y lo hacemos con Fernando Valladares, investigador del CSIC y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos, experto en biodiversidad y los impactos del cambio climático.
En 2021, Valladares recibió el premio Jaume I y el premio de Comunicación Ambiental de la Fundación BBVA. En 2023 publicó el libro La recivilización que reúne buena parte de su pensamiento. Este año ha recibido el Planet Earth Award de la Alianza de los Científicos del Mundo, y la medalla de oro de la Cruz Roja por su labor divulgadora y de conciencia ecosocial, la cual puede seguirse en redes y en www.lasaluddelahumanidad.com
El cambio climático afecta nuestras vidas de formas profundas y multifacéticas, incluyendo nuestra salud física y mental. Según Fernando Valladares, “este fenómeno tiene repercusiones en áreas tan diversas como la disponibilidad de agua y alimentos, el funcionamiento de nuestra fisiología y el equilibrio de los ecosistemas. Sus efectos se sienten en todos los aspectos de nuestra salud, desde lo alimentario hasta lo psicológico”.
Impactos en la salud alimentaria
El cambio climático altera la cantidad, calidad y temporalidad de los alimentos. “Las cosechas, por ejemplo, están experimentando modificaciones significativas debido al aumento de temperaturas y la variabilidad climática”, apunta Valladares.
“Esto afecta no solo la producción agrícola, sino también la calidad nutricional de los cultivos, como los niveles de nitrógeno en las plantas, esenciales para su valor alimenticio. Además, los eventos extremos, como olas de calor o lluvias torrenciales, complican el acceso a alimentos seguros y adecuados”.
“En el ámbito ganadero y agrícola”, añade, “los cambios en el clima impactan la manera en que las plantas y los animales se desarrollan, lo que repercute en la cadena alimentaria global. A su vez, los pesticidas y otros productos químicos usados en la agricultura también influyen negativamente en nuestra salud, vinculándose incluso con enfermedades como el párkinson”.
Efectos en la salud mental
Uno de los aspectos menos tangibles, pero igualmente graves, del cambio climático es su impacto en la salud mental.
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Valladares destaca que “en el ‘Norte Global’, países desarrollados con sistemas sanitarios robustos, las personas sufren de ecoansiedad, una preocupación persistente por el deterioro ambiental y el futuro incierto. Este estado psicológico se ha exacerbado tras la pandemia de COVID-19, que ya había debilitado la estabilidad emocional de muchas personas”.
La combinación de noticias alarmantes y escenarios climáticos extremos, como inundaciones o sequías, añade presión psicológica, afectando tanto a individuos como a comunidades enteras. Según las encuestas, este deterioro en la salud mental es una señal clara de que el cambio climático no solo es una crisis ambiental, sino también una crisis social y emocional.
La relación humana con la naturaleza
Valladares enfatiza la idea, popularizada por el científico Edward Wilson, de que “los seres humanos somos naturaleza”. “Esto significa que todo lo que hacemos para degradar los ecosistemas tiene un impacto directo en nuestra salud y bienestar. La pandemia de COVID-19 es un ejemplo claro de cómo la alteración de los ecosistemas puede desatar crisis globales, como el salto de virus de especies animales a humanos”.
Además, los entornos naturales bien conservados no solo ofrecen recursos materiales como agua y alimentos, sino también beneficios psicológicos y emocionales. Valladares llama a “replantear nuestra relación con la naturaleza, abandonando la idea de que podemos explotarla sin consecuencias. Al cuidarla, no solo protegemos nuestro entorno, sino también nuestra salud y felicidad”.
Desafíos urbanos y contaminación
El 70-80% de la población mundial vive en ciudades, que a menudo son ambientes poco saludables. Aunque las ciudades ofrecen acceso a servicios y ocio, también están asociadas con altos niveles de contaminación atmosférica. Esta contaminación causa más de 9 millones de muertes al año, un número superior al de muchas pandemias.
Además, “las ciudades fomentan el aislamiento social, lo que afecta la salud mental de sus habitantes”, matiza Valladares. “En contraste, los entornos rurales pueden ser más saludables, aunque tampoco están exentos de problemas, ya que muchas veces albergan vertederos o fuentes de contaminación industrial que las ciudades rechazan”.
Una llamada a la acción
Para Valladares, “abordar el cambio climático es urgente, no solo por razones éticas o ecológicas, sino también por nuestra propia supervivencia”.
“La pérdida de biodiversidad, el aumento de fenómenos climáticos extremos y la degradación de los ecosistemas tienen repercusiones directas en nuestra calidad de vida. Cambiar nuestra relación con la naturaleza y adoptar medidas sostenibles no es una opción, sino una necesidad para garantizar un futuro más saludable”, concluye.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...