Combatir la transfobia
La firma de opinión de la investigadora y catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha, María José Aguilar

'Combatir la transfobia', la firma de María José Aguilar
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Albacete
Hoy, Dia de la Visibilidad Trans, debemos reconocer y poner en valor la lucha de las personas trans y de género diverso.
La “identidad de género” se refiere a la experiencia interna e individual de género de cada persona, que puede corresponder o no con el sexo asignado al nacer. La expresión “género diverso” se utiliza para referirse a las personas cuya identidad de género está en desacuerdo con lo que se percibe como la norma de género en un contexto y en un momento determinados. El término más específico “trans” se refiere a las personas que se identifican con un sexo diferente al que se les asignó al nacer.
Todas las personas trans y de género diverso en el mundo están expuestas a una espiral de exclusión y marginación, de violencia y discriminación que las hace especialmente vulnerables a la violación de derechos humanos.
Ese estigma y discriminación se agrava cuando las identidades trans se consideran una enfermedad. Esto es algo que sigue ocurriendo en muchos países, a pesar de que en 2019 la Asamblea Mundial de la Salud eliminó de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) todas las categorías relacionadas con las personas trans.
El reconocimiento legal de género, a nivel mundial, sigue siendo un sueño lejano para la mayoría de las personas trans. Como se advierte desde Naciones Unidas, “la falta de acceso al reconocimiento de género niega la identidad de una persona hasta tal punto que provoca una ruptura fundamental de las obligaciones del Estado. Negar a alguien el reconocimiento legal de su género repercute negativamente en todos los aspectos de su vida: su derecho a la salud, a la vivienda, al acceso a la seguridad social, a la libertad de movimiento y de residencia; y también alimenta la discriminación, la violencia y la exclusión en los entornos sociales, incluidos los educativos y laborales”.
Pero ojo, que muchos Estados que reconocen la identidad de género de las personas trans, suelen imponer requisitos abusivos, como la certificación médica, la cirugía, el tratamiento, la esterilización o el divorcio.
En el caso de España, la conocida como Ley Trans, de 2023, recordemos que se aprobó por el empeño del Ministerio de Igualdad de Irene Montero y la presión de la Federación Plataforma Trans, que tuvieron que iniciar una huelga de hambre en 2021, frente a la reacción negativa de un sector del PSOE en el gobierno (encabezado por Carmen Calvo y José Luis Ábalos), que en 2020 se opusieron públicamente al derecho a la libre autodeterminación de género. La presión del activismo trans llegó a pedir al PSOE que no participaran en la marcha del orgullo ni enarbolasen la bandera LGTBI, consiguiendo el desbloqueo de una ley que votaron en contra Vox y Bildu y en la que el PP finalmente se abstuvo.
Podríamos pensar que desde entonces la transfobia prácticamente no existe en España, pero nada más lejos de la realidad, como la manifestación del pasado sábado en Madrid puso de manifiesto. La ofensiva reaccionaria global obliga a seguir movilizándose por los derechos de las personas trans, que están gravemente amenazados en países como Hungría o Estados Unidos.
En España, como advierte la Plataforma Trans, “no se frenan los discursos de odio, sigue habiendo agresiones, las denuncias son archivadas y el gobierno actual mira hacia otro lado”.
Y es que, aunque se han producido en nuestro país avances significativos en los últimos años, todavía falta camino por recorrer hasta alcanzar la igualdad plena. Todavía quedan muchas resistencias políticas y sociales por combatir.
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Hoy por Hoy Albacete (31/03/2025)