El papel clave de la logopedia y la terapia ocupacional en el tratamiento del párkinson

Cuenca

Abril es el mes del párkinson, y con motivo del Día Mundial de esta enfermedad, que se conmemora cada 11 de abril, la Asociación Parkinson Cuenca pone el foco en dos áreas de intervención fundamentales, pero a menudo poco conocidas: la logopedia y la terapia ocupacional.

Lo ha hecho en el espacio radiofónico Escuela de Salud de Hoy por Hoy Cuenca, en el que han participado tres de sus profesionales: Beatriz Hernández, directora de la entidad; Julia Martínez, terapeuta ocupacional, e Irene Pérez, logopeda.

“La mayoría de las veces, cuando alguien llega por primera vez a la asociación y les hablamos de logopedia o terapia ocupacional, nos dicen cosas como ‘pero si yo ya sé hablar’ o ‘si en casa hago todo’. Hay mucho desconocimiento sobre en qué consisten estas terapias y qué beneficios tienen para personas con párkinson”, explica Beatriz Hernández. Por ello, insiste en que “es importante dar voz a las y los profesionales que trabajan cada día con los pacientes y sus familias, para visibilizar su labor”.

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Más allá del temblor

Julia Martínez, terapeuta ocupacional de la asociación, recuerda que el párkinson “no es solo temblor”. Esta enfermedad neurodegenerativa afecta tanto a nivel motor como no motor, impactando de manera significativa en la vida diaria de quien la padece. “Desde la terapia ocupacional trabajamos precisamente para que esas personas puedan seguir haciendo sus rutinas con la mayor autonomía posible”, afirma.

Martínez detalla que su trabajo se centra en tres grandes áreas: mantener y mejorar la funcionalidad del paciente, prevenir el deterioro y compensar las dificultades con estrategias adaptativas. “Intervenimos en las habilidades motoras y funcionales con ejercicios específicos para mejorar la coordinación, la destreza manual o la estabilidad postural. Además, adaptamos actividades cotidianas y enseñamos el uso de productos de apoyo como cubiertos especiales, platos con reborde o manteles antideslizantes”.

También trabajan en el entorno natural del paciente. “Evaluamos la casa o el lugar donde vive para eliminar obstáculos que puedan suponer un riesgo, por ejemplo de caídas, y hacemos entrenamientos reales en esos entornos. Nuestro objetivo no es solo mejorar síntomas, sino que la persona aprenda a vivir con la enfermedad de la mejor manera posible”, añade.

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Proyecto innovador

La terapeuta destaca además un proyecto innovador que están desarrollando desde la asociación con una impresora 3D: “Estamos creando productos de apoyo personalizados que muchas veces no existen en el mercado. Es una herramienta muy potente que nos permite adaptar objetos a las necesidades concretas de nuestros usuarios y mejorar su independencia”.

La importancia de la voz y la deglución

Por su parte, Irene Pérez, logopeda, se encarga de abordar los síntomas relacionados con el habla, la comunicación, la respiración y la deglución. “El párkinson afecta a muchos músculos orofaciales, por lo que es muy común que aparezcan trastornos como la disartria, que dificulta la pronunciación; la hipofonía, que baja el volumen de la voz; o la disfagia, que implica problemas para tragar alimentos o líquidos, con el riesgo que eso conlleva”.

Uno de los grandes retos a los que se enfrenta, explica Pérez, es el desconocimiento que existe sobre su labor: “Muchas personas nos dicen ‘yo no necesito logopedia porque sé hablar’. Pero no se trata solo de hablar, sino de hacerlo con claridad, de mantener una voz funcional, de tragar con seguridad. Todo esto influye directamente en la calidad de vida”.

La logopeda señala que estos síntomas, aunque puedan parecer secundarios, generan un gran impacto emocional y social: “Cuando no te entienden al hablar, cuando te cansas al comunicarte o tienes miedo de atragantarte al comer, eso genera ansiedad, frustración y en muchos casos aislamiento social. Por eso es fundamental intervenir cuanto antes”.

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Tratamiento integral y personalizado

Desde la Asociación Parkinson Cuenca insisten en que no hay un único camino para tratar esta enfermedad, sino que es imprescindible una atención integral e individualizada, donde profesionales de distintas disciplinas trabajen de forma coordinada. “Cada persona es un mundo y cada caso de Párkinson evoluciona de forma distinta. Nuestro trabajo es acompañar, adaptar y dar herramientas para que puedan seguir siendo lo más autónomos posible”, concluye Beatriz Hernández.

La asociación trabaja cada día con decenas de pacientes y sus familias, ofreciendo no solo intervención terapéutica, sino también apoyo emocional, asesoramiento y un espacio de encuentro. En este mes de abril, su objetivo es claro: visibilizar la realidad de esta enfermedad y, sobre todo, poner en valor a las personas que la viven y a quienes les acompañan.