Semana Santa talaverana
La columna de opinión de la gerente de Talleres SanFer

La Mirada de Talavera: "Semana Santa talaverana", Pilar Fernández (14/04/2025)
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Talavera de la Reina
Hay algo en la Semana Santa Talaverana que nos toca el alma, que nos encoge el pecho y nos hace mirar con otros ojos. No es solo la música que baja por las calles, ni el sonido de los tambores que se clava en la noche. Es la mirada de la gente. Esa gente que espera, que respira hondo cuando pasa la imagen, que llora sin vergüenza. Hay dolor, hay fe, hay memoria de quienes ya no están. Hay niños que miran por primera vez y mayores que repiten el gesto de toda una vida.
Porque no es solo religión, es cultura, es tradición, es identidad. Es ese momento en el que las calles se convierten en templo y el silencio pesa más que las palabras. Y ahí, en ese instante, todos sentimos que algo nos une, que no estamos solos, que pertenecemos a algo más grande.
Y si no eres muy creyente, también sientes. Basta estar ahí. Basta dejarse llevar. Basta escuchar el redoble del tambor, ver cómo el paso dobla la esquina con solemnidad, cómo el público se calla de golpe, como si el tiempo se detuviera. Y en ese silencio... algo se remueve dentro.
Porque la Semana Santa no es solo procesiones. Es mucho más. Es una mezcla imposible de emoción, belleza y memoria que se agarra al alma sin pedir permiso. Es el nudo en la garganta cuando suena la marcha. Es la abuela que se santigua desde su silla de ruedas, el niño que mira por primera vez con los ojos muy abiertos, el hombre que carga con la mirada fija al frente, como si le fuera la vida en ello. Es la historia de un pueblo entero que se cuenta en pasos, en incienso, en cera derretida, en lágrimas que caen en mitad de la noche.
Es la espera, los preparativos, la ilusión de cada año. Es volver a ponerse el capirote, el costal, el mantón. Es compartir banco, acera o emoción con desconocidos que por unos minutos se vuelven hermanos.
Puedes ir por fe, por tradición o por algo que no sabes explicar. Semana Santa es eso que no se explica, que se vive, que se lleva dentro, que se hereda, se comparte y se renueva.
Por eso, año tras año, volvemos. Aunque duela. Aunque llueva. Aunque no sepamos por qué. Volvemos, porque el corazón lo pide. Porque en cada paso sentimos que algo nuestro camina ahí. Porque en medio de todo ese peso, de esa música, de ese silencio… encontramos algo que nos hace sentirnos vivos.
Dedicada esta columna semanal a Ángel Mariano García-Loarte.

Pilar Fernández Gil
Gerente de Talleres Sanfer SAU, presidenta de la División de Industriales en Faconauto y consejera independiente...