Los insectos que escribieron nuestra historia: gusanos, cochinillas y abejas
Aunque a menudo se les llama bichos, algunos insectos han sido clave en la historia cultural, económica y artesanal de nuestra sociedad

Los insectos que escribieron nuestra historia: desde gusanos de seda a cochinillas y abejas
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Cuenca
A menudo relegados al término genérico de bichos, los insectos han sido durante siglos protagonistas silenciosos de algunos de los capítulos más importantes de nuestra historia cultural, económica y social.
Así lo asegura Tirso Moreno, experto de la empresa conquense Vestal Etnografía, que nos propone un recorrido primaveral por esos “pequeños pero gigantes” de la historia, capaces de transformar tejidos, colorear el mundo y endulzar nuestras mesas.
Lo hemos contado en el espacio de radio La memoria de la tierra que emitimos cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca.
Seda: el hilo que tejió imperios
Todo comienza con un insecto que, aunque pequeño, ha sido determinante en la historia textil: el Bombyx mori, o gusano de la seda. “Este lepidóptero, una mariposa nocturna, se alimenta exclusivamente de hojas de morera, un árbol introducido en la península desde Oriente en época andalusí”, explica Tirso Moreno.
Durante su ciclo vital, que apenas supera las tres semanas, el gusano crea un capullo de entre 300 y 900 metros de hilo continuo. Ese hilo es la famosa seda, uno de los materiales más valorados en el mundo durante siglos. “La seda alcanzó su auge en España en el siglo XVI, cuando Toledo se convirtió en su capital. Pero su declive comenzó con la expulsión de los moriscos en 1609, quienes dominaban su producción”, apunta el etnógrafo.
Hoy, la seda que usamos procede principalmente de China o Japón. Las moreras que aún se encuentran en nuestros pueblos no son más que vestigios de aquella época dorada.

Gusanos de seda. / GETTY

Gusanos de seda. / GETTY
Tintes: el color de los insectos
El siguiente capítulo de este viaje entomológico nos lleva al color. Porque más allá de las plantas tintóreas, hubo insectos cuya química natural tiñó los paños europeos durante siglos.
Uno de ellos es la Cynips quercusfolii, una pequeña avispilla que induce en los robles la formación de agallas, unas excrecencias esféricas, como mecanismo de defensa. “Estas agallas son muy ricas en taninos y se utilizaron como mordientes y para tintes oscuros, como los característicos negros del siglo XVI”, relata Moreno.


Pero si hubo un insecto que revolucionó el color, ese fue la cochinilla. “Primero se usó la Kermes vermilio, la cochinilla de las encinas, que da origen a la palabra 'carmín', pero la verdadera revolución vino de América con la Dactylopius coccus, la cochinilla de la chumbera”, explica Moreno.
Este insecto, que se cría sobre una planta invasora en España como es la chumbera, se convirtió en el tinte por excelencia del Renacimiento y el Barroco europeo. “Su pigmento, el ácido carmínico, aún se usa hoy como colorante alimentario y cosmético, bajo el nombre de E-120. Cuando vemos un yogur rojo o una golosina, puede que estemos comiendo cochinilla”, afirma Tirso Moreno.

Paños teñidos con cochinilla / Facebook Asociación Milana

Paños teñidos con cochinilla / Facebook Asociación Milana
Abejas: dulzura, ciencia y paciencia
No podía faltar la gran protagonista del paisaje castellano: la abeja (Apis mellifera). “Si hablamos de Castilla, no pueden faltar el trigo, el vino y la miel”, señala Tirso Moreno con convicción.
La apicultura ha sido una constante en todos los pueblos. “Cada familia solía tener sus colmenas, una caja, humo para manejarlas, y mucha paciencia”, recuerda. “La miel no solo endulzaba los alimentos, también era usada como conservante, medicina e incluso como moneda de intercambio en tiempos antiguos”.
Más allá de su producto estrella, las abejas simbolizan organización, cooperación y sostenibilidad. “La abeja es un insecto fascinante por su comportamiento social, por cómo trabaja para el bien común. Es un modelo de equilibrio con el entorno y son fundamentales en la polinización de las flores”, afirma Moreno.

"Las abejas simbolizan organización, cooperación y sostenibilidad".

"Las abejas simbolizan organización, cooperación y sostenibilidad".
Bichos con legado
“Sin gusanos de seda, sin cochinillas, sin abejas, no podríamos entender lo que somos”, concluye Tirso Moreno. “Lo que a menudo llamamos bichos fueron, y son, artífices esenciales de nuestra historia. Nos vistieron, nos dieron color, nos alimentaron y, sobre todo, nos conectaron con la naturaleza de formas insospechadas”.
En esta primavera, quizá conviene mirar al suelo, o al vuelo, con más respeto. Porque entre hojas de morera, agallas de roble y flores silvestres, siguen trabajando discretamente los verdaderos protagonistas de la historia escrita por insectos.

Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...