Mi nuevo accesorio

Toledo (Toledo)

Me he dado cuenta de que tengo un nuevo accesorio, cada vez que salgo de casa, compruebo que llevo las llaves, la cartera, gafas de sol, y los auriculares. Para mi este accesorio tiene ese nivel de importancia. Y soy de las que revisa todo varias veces antes de salir.

Me siento hasta rara cuando no los llevo. Es verdad que siempre han sido útiles para hablar por teléfono, pero es terrible el día que utilizo el transporte público, y me doy cuenta de que me los he dejado en casa. Es como si me faltase algo vital, llevo así los últimos 15 años de mi vida. Incluso, siempre he sido de las que ha estudiado con música.

Vacío los bolsos encima de la cama para buscarlos si no los encuentro, busco hasta en el cesto de la ropa sucia por si me he dejado los cascos en el bolsillo de la sudadera…una locura.

La realidad es que estoy tan acostumbrada a escuchar música para todo que me resulta rarísimo no usarlos, incluso estando en casa, a pesar de no molestar con el volumen, los utilizo. Utilizarlos puede parecer una excusa para para aislarse del mundo, y en ocasiones si que es cierto, que vienen de maravilla.

Cuando vivía en Madrid, me servían para evitar todo tipo de ruidos cada vez que salía a la calle, para estar en mi mundo cada vez que usaba el metro, para obviar conversaciones de los demás que no me interesaban, si bien es cierto, que alguna vez bajé el volumen o pausé lo que estaba escuchando porque me estaba resultando interesante. Y no me nieguen, que todos lo hemos hecho alguna vez.

Yo no lo veo como una barrera social, como un escudo que me pongo cada vez que salgo para evitar tener que charlar o enterarme de lo que pasa, para mi es tan habitual, que lo considero normal. La vida cambia de color en función de la lista de reproducción que suene en ese momento, ¿o me van a decir que no?.