Cuando la radio llegó a las eras
Esther Almarcha e Isidro Sánchez hablan 'Postales Manchegas' de la trilla y del vínculo de los agricultores con la radio a partir de una imagen de Esteban Salas de 1956
Postales Manchegas | Cuando la radio llegó a las eras
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Ciudad Real
El historiador Isidro Sánchez recupera un fragmento de un artículo escrito por Jorge Rivas y publicado en julio de 1931 en la revista Ondas de Unión Radio —precedente de la actual Cadena SER—. Dos párrafos de un texto titulado "Radio agrarias, la radio en la era", en el que se describía cómo, con la expansión de la radio en el medio rural, surgió la idea de llevarla a las labores del campo.
El texto en el que se sugería que contar con una radio durante la trilla haría más llevadero y ameno aquel trabajo tan monótono. Decía así:
“Ya están los éjidos lugareños
apretados de fascales,
la era limpia y guigenia,
la cebada recién segada
espera el solemne momento
de que las manos, gañanes y rapaces, comiencen a desatar libanes
y a tender la parva.
Rezonga el ganado,
canta la cigarra,
y zumban himenópteros y cénzalos como heraldos imprescindibles de la estación que empieza.
Muchos labradores, el pasado año, pensaron que la radio podría suavizar grandemente
sus asperezas y monotonías de las faenas de la trilla, y allí donde se presentó la ocasión,
ataron a un palo de candelecho el aparato de altavoz.
Cundió bien pronto la ideica,
para solaz de los tranzones.”
Un texto cargado de términos, hoy en desuso, que constituye un documento muy representativo de una sociedad entonces profundamente agraria, como destacaba Sánchez.
La fotografía que daba pie a este recuerdo forma parte de un reportaje de Esteban Salas, realizado en Miguelturra en 1956. En ella se puede apreciar "una composición preciosa y bien equilibrada", como describe Esther Almarcha, directora del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha. Aparecen dos grupos de personas trillando, y, al fondo, se perfila la silueta de la Torre Gorda, un elemento emblemático del paisaje, cuya presencia está desapareciendo.
Almarcha explica que la Torre Gorda, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) es una construcción singular por su planta centralizada y espacio único circular. Su construcción comenzó a finales del siglo XVIII y finalizó en el XIX, aunque no sin dificultades de estabilidad. La actual cúpula, 20 metros más baja que la original, se inauguró en 1915. Su interior sorprende por su iluminación natural y su clasicismo arquitectónico.
En la imagen se podía ver también a niños trabajando, una realidad habitual en la trilla. Esta tarea, que consistía en separar la paja del grano, era repetitiva y no requería una especialización, por lo que era habitual que se destinara a mujeres y menores. El suelo de la era es de guijarros y estaba ubicado generalmente cerca del núcleo urbano, para facilitar el transporte del grano a los graneros o las casas, también para poder tener control sobre las eras que podían ser de propiedad privada, compartida entre varios vecinos, o municipales (aunque estas eran menos frecuentes).
Cada familia tenía “acciones” o derechos sobre ellas.
