"Ser cómplices por indiferencia con este genocidio, nos deshumaniza a nosotros también"
'Piratería y barbarie: no hay excusa que valga', la firma de opinión de la investigadora y catedrática de la Universidad de Castilla-La Mancha, María José Aguilar

'Piratería y barbarie: no hay excusa que valga'
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A estas horas seguro que ya se han enterado de que esta madrugada Israel ha secuestrado el velero Madleen en el que viajaba una docena de personas; entre ellas una eurodiputada francesa y varios activistas de diversos países europeos, como el español Sergio Toribio y la sueca Greta Thunberg.
Este pequeño barco de la asociación Flotilla de la Libertad, que llevaba una pequeña carga humanitaria a Gaza, ha sido asaltado por Israel en aguas internacionales, lo que constituye un acto de piratería según el derecho marítimo internacional.
El barco fué rociado por drones israelíes desde el aire con una sustancia blanca, antes de ser asaltado por un buque de guerra. Cada una de las 12 personas en el barco se grabó un vídeo por si esto sucedía, en el que nos piden a la gente de cada país, que presionemos a nuestros respectivos gobiernos para que exijan a Israel no sólo su liberación, también para que que se detenga el genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino, con el objetivo de eliminarlo y expulsarlo de su territorio. Porque eso es un genocidio, independientemente -como recordaba la relatora de Naciones Unidas Francesca Albanese hace pocos días- de que ese exterminio se haga usando cámaras de gas, drones, bombas o matando de hambre. A los más de 60.000 asesinatos de civiles, entre ellos casi 20.000 niños, hay que sumar las 300.000 muertes que se producirán en los próximos días por hambre: tanto por inanición como por los asesinatos que sigue cometiendo Israel con las personas que se acercan hambrientas a los puntos de supuesta “ayuda” que el mismo Israel ha montado, prohibiendo que otras agencias internacionales humanitarias, como Naciones Unidas, presten ayuda real o suministren alimentos.
Hace unos días, mientras veía en la Filmoteca de Albacete la brutal e imprescindible película documental “Para Sama”, grabada durante los largos meses de asedio a la ciudad siria de Alepo por parte del régimen de Al-Assad, no puede evitar pensar que esa barbarie contra las familias y los niños en Siria, llevan sufriéndola 16 meses las familias y los niños de Gaza. Pero sin hospitales, sin periodistas, sin suministros de ningún tipo.
Los gobiernos europeos y particularmente el gobierno español llevan mucho tiempo utilizando un doble rasero por el que, mientras hacen tibias declaraciones y gestos apelando a que Israel deje de hacer lo que hace -un genocidio-, siguen manteniendo intactas todas las relaciones comerciales, científicas, políticas y armamentísticas con Israel.
Nuestro gobierno, con su hipocresía, no hace nada realmente efectivo mientras sigue dando un imprescindible apoyo logístico al exterminio de un pueblo y un territorio, comprando y vendiendo armas y ofreciendo nuestros puertos para que el genocidio se complete.
Por eso, esta semana, el jueves a las 8 de la tarde, toda la gente buena de Albacete deberíamos estar en el Altozano, diciendo con nuestra presencia que no queremos ser cómplices de la barbarie. Que no queremos renunciar a nuestra humanidad ni embrutecernos. Porque ser cómplices por indiferencia con este genocidio, nos deshumaniza a nosotros también. Esta acción sólo depende de cada uno de nosotras. Y no hay excusa que valga.