Cuando el cuidado se convierte en campo de batalla política

Talavera de la Reina

EnVida, vejez y muerte de una mujer del pueblo, el francés Didier Eribon narra con crudeza la última etapa de vida de su madre, obrera y protagonista anónima de una generación que envejece sin apenas red de apoyo.

El ingreso en una residencia no es, como muchos quieren creer, una transición amable: es una despedida anticipada. Eribon lo expresa sin rodeos: «Le dije ’Pero, mamá, verás, estarás bien aquí, te cuidarán bien’, sabiendo que no era verdad. Ella sabía perfectamente que no era verdad. Es una mudanza sin retorno. Es su último lugar de vida, su última morada».

La frase duele no solo por su honestidad, sino por lo que revela: la institucionalización de la vejez como un trámite final, más administrativo que humano. El libro denuncia un sistema que oculta el sufrimiento bajo eufemismos y rutinas. Eribon convierte una experiencia íntima en reflexión colectiva, visibilizando cómo el envejecimiento, lejos de ser atendido con cuidado y dignidad, queda atrapado en, demasiadas ocasiones, en lógicas de mercado.

Estos días, la Junta y el Ayuntamiento vuelven a enfrentarse, esta vez por el futuro del nuevo centro de alzhéimer, como si el cuidado de las personas mayores fuera solo un asunto burocrático y no una responsabilidad ética colectiva inaplazable.