Las instrucciones

La mirada de Toledo: Instrucciones (27/06/2025)
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Toledo (Toledo)
Una de las cosas más absurdas nuestra vida doméstica a mi parecer, son los libros de instrucciones. Ahora que estoy en un periodo de armar, desarmar, probar electrodomésticos, he vuelto a recordar lo que supone consultar y coleccionar los libros de instrucciones.
De verdad, que yo pongo de mi parte, si es algún mueble que viene de la conocida cadena sueca, le echo valor, e intento hacerlo por mi cuenta. Total, son cosas pequeñas y de fácil montaje, pues no, empieza el pánico cuando sobra algún tornillo, o pieza por pequeña que sea, y hay que encajar en algún sitio. Y no, no vienen piezas extras, que sé que todos nos hemos intentado autoconvencernos en algún momento de nuestra vida de que sobran piezas, pero no.
Con los muebles antiguos, es peor aún. Desmontamos alguno por comodidad en su manejo, y ahora toca consultar al Chat gpt, o ver tutoriales en Youtube, porque ya que montamos, restauramos alguna cosa. Mientras leo estás líneas, estoy empezando a sudar y a desquiciarme.
¿Y qué me dicen de los electrodomésticos?, que viene dentro de la caja incluido un manual de 100 páginas, o su código QR, para poder ponerlo en funcionamiento. No hay manera humana de programar las cosas en condiciones. Ya he procurado hacer fotos de las páginas de las funciones más básicas para que a la hora de utilizarlo, no necesite tener que utilizar el libro de instrucciones. ¿De verdad era necesario convertir algo tan cotidiano en algo tan tedioso?.
Vamos más allá, las aplicaciones que tenemos que conectar al wifi o bluetooth para que funcionen correctamente y obtener el máximo potencial. Son una maravilla, sí, se lo recomiendo a todo el mundo, no. ¡Qué locura, por favor!. Está bien que la tecnología avance, pero hacer funcionar el internet de las cosas y sobre todo, una vez que consigues que todo funcione, tener que explicárselo a los demás, es demasiado. Una de mis abuelas decía, que algún momento íbamos a retroceder e íbamos a volver a usar los candiles, si viesen todo esto, igual preferirían usar candiles.
Ya para terminar, como toda casa de familia, e inaugurado el cajón que contiene todos os libros y manuales de instrucciones de la casa. Ese cajón absurdo, que no tocamos casi nunca, y que alberga todo el conocimiento que necesitamos para que las cosas funcionen. Un cajón que vendría bien para otra cosa, pero que ya está inutilizado para guardar cualquier otra cosa para siempre.
En fin, la vida moderna.

Eva Marín de la Fuente
Presidenta de Asaja Joven, agricultora y Lda. en Publicidad y RRPP