Lagunas de Ballesteros: nueva joya ecológica con proyecto LIFE en Cuenca

Cuenca

A tan solo ocho kilómetros de Cuenca, entre las localidades de Arcas, Valdetórtola y Villar de Olalla, se encuentra uno de los enclaves naturales más singulares y desconocidos de Castilla-La Mancha: el complejo lagunar de Ballesteros. Este espacio protegido, declarado Reserva Natural en 2011, será el próximo escenario de un ambicioso proyecto europeo LIFE para su recuperación ambiental y puesta en valor. Impulsado por la Fundación Global Nature y la Diputación Provincial de Cuenca, el plan pretende replicar el éxito obtenido en la laguna de El Hito, otro humedal estepario donde las actuaciones realizadas han transformado por completo el paisaje y la biodiversidad.

Eduardo Quilis, técnico de la Fundación Global Nature, conoce bien este tipo de ecosistemas. “Ahora mismo seguimos trabajando en El Hito, en concreto en la recolección de semilla de albardín para una futura replantación que abordaremos en octubre”, como nos ha contado en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca.

El proyecto LIFE llevado a cabo en este humedal ha supuesto una profunda transformación del entorno, que ha pasado de estar degradado a recuperar su carácter de espacio natural. “Todo el mundo lo dice por la zona: la laguna ha vuelto a ser lo que era”, afirma Quilis.

Ampliar

Cerrar

Proyecto LIFE en Ballesteros

La experiencia de El Hito es la base sobre la que se diseñará la intervención en Ballesteros. El complejo lagunar, formado por unas 30 dolinas o torcas, es un sistema kárstico sobre yesos único en Europa. “En la península solo hay algo similar en las torcas de los Palancares. Fuera de aquí, tendríamos que irnos a Croacia para encontrar un sistema equivalente”, explica el técnico. Estas formaciones geológicas, que crean depresiones en el terreno donde se acumula el agua, generan un ecosistema extremadamente dinámico y de gran valor ecológico. No es raro encontrar allí más de 20 lagunas activas, con profundidades que oscilan entre el metro y medio y los 14 metros, y superficies de hasta 4.000 metros cuadrados.

Visitamos la laguna de El Hito tras la ampliación de la protección de la ZEPA

La recuperación de Ballesteros comenzará en 2026 y se prolongará hasta 2029. El proyecto cuenta con un presupuesto cercano a los cuatro millones de euros, cofinanciado por la Unión Europea, la Diputación de Cuenca y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. La actuación seguirá una estrategia que ya ha demostrado su eficacia: adquisición de terrenos, restauración ecológica, adecuación para el uso público y mantenimiento a largo plazo.

Ampliar

Cerrar

Recuperación de espacios naturales

“El primer paso siempre es comprar la tierra”, afirma Quilis. “En Global Nature tenemos la política de que para una recuperación natural y duradera, es fundamental que el terreno pase a manos públicas o de entidades comprometidas con la conservación”. En Ballesteros, las negociaciones con los agricultores están ya muy avanzadas. Una vez adquiridas las parcelas, comenzarán las labores de restauración.

La primera intervención consistirá en el cierre de drenajes y la recuperación de la topografía original. Según explica Quilis, “en muchas de estas lagunas, el uso agrícola había modificado la entrada y salida de agua, drenando zonas para poder cultivarlas”. Ahora, el objetivo es revertir esos cambios y devolver al terreno su capacidad de retener agua de manera natural. Para ello, se utilizarán imágenes aéreas del llamado “vuelo americano” del año 1956, que muestran el estado original del espacio antes de las intervenciones humanas.

Ampliar

Cerrar

A continuación, se eliminarán infraestructuras artificiales como sistemas de riego o construcciones ganaderas. En El Hito, por ejemplo, se retiró una nave industrial que se encontraba junto a la laguna. “Era necesario eliminar todo lo que interrumpía la dinámica natural del ecosistema”, recuerda el técnico.

La recuperación ecológica continuará con la reorganización de caminos y la creación de itinerarios para el público, junto a la instalación de observatorios y señalización interpretativa. “Queremos que la gente pueda visitar el espacio, pero de una forma respetuosa con su conservación. Por eso también cerraremos los caminos viciosos que se han venido utilizando durante años para acceder a las parcelas”, indica Quilis.

Ampliar

Cerrar

Restauración de flora

En paralelo, se llevará a cabo la restauración de la flora característica del ecosistema. Uno de los principales objetivos será recuperar las praderas subacuáticas de carófitos, plantas acuáticas que indican un buen estado de conservación. “Vamos a explorar la opción de reintroducirlos mediante rizomas, que son tallos subterráneos que permiten la expansión de estas especies en ambientes húmedos”, detalla.

Fuera del agua, la restauración incluirá la plantación de hasta 250.000 pies de masiega, una planta emblemática de las zonas húmedas que actúa como “arquitecta del ecosistema”, en palabras de Quilis. También se reintroducirán 10.000 plantas de otras especies adaptadas a este entorno. “Es el mismo modelo que usamos en El Hito, y ha funcionado muy bien”, añade.

Ampliar

Cerrar

Vigilancia y mantenimiento

Una vez concluidas las tareas de restauración, se establecerá un plan de vigilancia y mantenimiento. “Nuestro trabajo no termina con la plantación o con la instalación de infraestructuras. Lo importante es garantizar que todo se conserva en buen estado a largo plazo”, subraya.

El complejo lagunar de Ballesteros es, además de un tesoro geológico, un refugio para la biodiversidad. En sus aguas y márgenes se pueden observar especies como el aguilucho lagunero, el milano negro, la cigüeñuela, el sisón y las grullas en época migratoria. También se han detectado topillos, tejones y varias especies de murciélagos. En invierno, la laguna se convierte en un punto clave para la fauna estacional, mientras que en verano destacan los procesos ecológicos únicos del sistema kárstico.

Gracias al proyecto LIFE, este enclave volverá a ser lo que fue: un espacio vivo, resiliente, al servicio de la naturaleza y también de las personas. “Queremos que Ballesteros sea un ejemplo de cómo se puede recuperar un ecosistema degradado y ponerlo en valor sin perder su esencia natural”, concluye Eduardo Quilis. El futuro de este humedal está en marcha, y promete convertirse en una nueva joya del patrimonio natural conquense.