El Vaticano de la Alcarria de Cuenca: una joya en ruinas que pide ser salvada
El convento del Rosal de la localidad conquense de Priego es un Bien de Interés Cultural actualmente incluido en la Lista Roja del Patrimonio
El Vaticano de la Alcarria de Cuenca: una joya en ruinas que pide ser salvada
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Cuenca
Entre los campos de labor de Priego (Cuenca), al pie de la carretera de Alcantud y de un campo de fútbol en el que hoy crecen los cardos, se levantan todavía las ruinas del convento de Nuestra Señora del Rosal.
Declarado Bien de Interés Cultural (BIC), el edificio atraviesa un estado de abandono que lo mantiene desde 2008 en la Lista Roja de Hispania Nostra, la relación de monumentos en grave riesgo de desaparición en España.
El convento fue fundado en 1525 por don Diego Hurtado de Mendoza y construido por el maestro cantero Pedro de Alviz, autor también del convento de San Nicolás de Bari de Priego y del convento de San Pablo de Cuenca, actual Parador Nacional. La iglesia, de nave única y ábside poligonal, fue concebida en estilo gótico plateresco, una fusión entre el gótico tardío, el renacimiento y ecos mudéjares que marcaba la vanguardia de su tiempo.
Nave sin techumbre de la iglesia del convento del Rosal de Priego. / Cadena SER
Nave sin techumbre de la iglesia del convento del Rosal de Priego. / Cadena SER
El esplendor del Vaticano de la Alcarria
El convento del Rosal fue residencia de monjas concepcionistas franciscanas, entre ellas damas de la nobleza como Teresa de Carrillo y María de Mendoza. La dote con la que ingresaban estas religiosas convirtió a la comunidad en una de las más ricas de la Alcarria.
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Llegó a reunir más de 2.000 cabezas de ganado, propiedades agrícolas, molinos harineros y casas en alquiler. Su poder económico era tan notable que el convento fue conocido como el Vaticano de la Alcarria.
Sin embargo, su destino cambió en agosto de 1936, durante la Guerra Civil. Quince monjas y una criada tuvieron que abandonar el convento, que pasó a ser utilizado como cuartel y hospital republicano. En ese proceso se perdió un valioso patrimonio: ocho retablos, diecinueve esculturas atribuidas a La Roldana y un lienzo de Murillo.
Jesús Parra, alfarero de Priego y guía turístico local. / Cadena SER
Jesús Parra, alfarero de Priego y guía turístico local. / Cadena SER
Una visita guiada entre ruinas y memoria
El guía local y afamado alfarero Jesús Parra muestra hoy el convento a los visitantes con un doble objetivo: dar a conocer su historia y reclamar atención. “Este año se cumplen 500 años de la construcción. Creemos que no debe perderse y hay que atenderlo un poco”, afirma.
El recorrido incluye la iglesia sin techumbre, el espacio bajo el coro donde aún se aprecian restos de pintura azul y el claustro, concebido como representación del paraíso terrenal. Allí, según la tradición, florecía un rosal milagroso en el que se apareció la Virgen, origen de la advocación del convento.
El convento del Rosal fue residencia de monjas concepcionistas franciscanas. / Cadena SER
El convento del Rosal fue residencia de monjas concepcionistas franciscanas. / Cadena SER
La mirada de una historiadora del arte
Fátima López Cañas, licenciada en Historia del Arte y natural de la cercana localidad de Cañizares, dedicó su trabajo fin de grado a estudiar el convento. Para ella, el lugar transmite sentimientos encontrados. “Por una parte, pena al ver su estado de conservación, pero también emoción por la importancia que tuvo como monumento BIC”, señala.
La historiadora recuerda que el BIC es la máxima categoría de protección del patrimonio en España. “La Alhambra o la Catedral de Burgos son BIC, y no podemos imaginar esos monumentos en estas condiciones. Por eso el convento del Rosal está en la Lista Roja: es un grito de auxilio para que no llegue a desaparecer”.
López Cañas plantea como prioridad un mantenimiento activo que evite más derrumbes. Su propuesta pasa por una “puesta en valor” que incluya paneles informativos, infografías, audioguías y medidas de accesibilidad. “No sería un museo al uso, pero sí un espacio cultural para rescatar su historia”.
Fátima López Cañas, historiadora de arte y autora de un TFG sobre el convento del Rosal. / Cadena SER
Fátima López Cañas, historiadora de arte y autora de un TFG sobre el convento del Rosal. / Cadena SER
Patrimonio cultural y poesía
Más allá de su dimensión arquitectónica y religiosa, el convento ha tenido también un papel en la vida cultural reciente de Priego. Durante años acogió la inauguración del curso de verano de la UCLM Leer y entender la poesía promovido por el poeta pricense Diego Jesús Jiménez. Entre sus ruinas recitaron versos autores como Félix Grande, Antonio Gamoneda o Antonio Carvajal.
El propio Jiménez, dos veces Premio Nacional de Poesía, dejó escrito un poema titulado Ante las ruinas del convento del Rosal, donde evocaba “sueños lentos de pájaros de agua” y “una lenta armonía de humedad o tristeza”. Sus versos se han convertido en un homenaje a la memoria del lugar.
El claustro del convento del Rosal y la iglesia. / Cadena SER
El claustro del convento del Rosal y la iglesia. / Cadena SER
Un futuro por escribir
Hoy, el convento del Rosal sigue en pie a medias: la espadaña de las campanas se mantiene firme, mientras la nave central permanece abierta al cielo. La mezcla de ruina y belleza convierte al lugar en un símbolo de la fragilidad del patrimonio histórico.
“Lo principal es conservar lo poco que queda. A partir de ahí, se puede pensar en cómo ponerlo en valor”, insiste López Cañas.
La llamada de atención está sobre la mesa: si nada cambia, el Rosal corre el riesgo de desaparecer definitivamente. Pero también existe la esperanza de que su historia, sus piedras y su leyenda sigan vivas para las generaciones futuras.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...
